sábado, enero 10, 2009

Confesiones cotidianas

7:30 Despierto todavía con el estremecimiento de la noticia de ayer. No me quiero levantar, me quedo un rato más en cama y dormito.

8:00 Es tarde. Tengo un desayuno de trabajo. Lo olvidé. Un baño rápido y subo al carro casi corriendo.

8:40 Aprovecho el semáforo para maquillarme un poco (mi papá odia que haga eso). Avanzo sin pensar. No pongo música, dejo las noticias pero no escucho nada.

9:00 Desayuno. Platicas aquí y allá, algunas risas. El jefe habla y no recuerdo lo que dijo.

10:30 Hay que ir a la imprenta a dejar la nueva revista. Camino con mi amigo, el guitarrista, hablamos y hablamos. En la imprenta: volver más tarde.

11:00 Es temprano, puedo aprovechar para ir rápido al super. También hay que comer.

11:40 Llego al periódico. Los saludos de rutina. Abro las páginas de siempre. Mi correo, aunque nunca hay novedades. Pongo música. Qué lento está el Internet. Paso la vista por la página... veo su nombre, después de tanto. Su nombre. Dudo un poco, abro el correo, mis ojos se deslizan por las letras. Me quedo pasmada. Me quito los lentes. Me froto los ojos. Saco un cigarro y tiemblo. Salgo apresurada de ahí. Era la carta "donde el olvido me nombra su heredera", la carta que esperar sin hacerlo, que dice nada, unas cuantas palabras para calmar la culpa. Habla de recuerdos que no se van a borrar, de disculpas. De amor nada, esa palabra se esfumó hace meses.

12:00 Hablo con Jesé y me calmo un poco. Trato de no pensar, leo y releo el correo, es todo y nada. El día transcurre rápido y yo me hundo en el trabajo como siempre.

5:00 Salgo por fin. Llego a casa de mis padres, lo busco en la computadora sin querer.

5:30 Salimos rápido de casa. Mi hermano maneja. Se descompone el coche y yo trato de mantener la calma. Regreso a casa en taxi y el chofer me habla de esperanza, de ponerle la mejor cara a la vida y yo no digo nada aunque me siento un poco iluminada. Esas cosas suelen pasarme a mi.

7:00 Llego a casa. No hay nadie, es normal. Pongo música, prendo un cigarro y me recuesto en la cama. Mis pensamientos saltan de un lado a otro. La noticia de ayer. El correo de hoy. Luego llega su imagen, más clara que nunca (porque hace días que no lo sueño). Lo veo y me veo a mí. Veo como me abraza por la espalada y me besa. Mi piel se estremece. Por más que intento no pienso en otra cosa. Me abraza en todos los lugares, en la cascada, en su habitación, en la calle, en ciudades desconocidas. Me abraza en todos los tiempos. Vuelvo a sentir aquel bienestar ("la esperanza que me dio tu amor", escucho).

8:00 Llega mi roomie. Le cuento. "No sé que decirte", ni yo sé qué decirme. No logro entender las cosas y pienso que algo bueno sigue, que son formas de cerrar mis círculos (yo y mi filosofía barata). Abro una botella de tinto y me sirvo una copa.

8:30 Ordeno un poco mi recámara. No quiero pensar. Ahora escribo y sigo sin entender. Cierro los ojos. Fumo. Quiero que el tiempo transcurra rápido y decir -como siempre- "Fue bueno que pasara porque eso me enseñó que..." Pero hoy no puedo. No lo entiendo y me duele.

9:30 Me preparo para dormir. Tengo la certeza de que mañana se irá rápido y los días que le siguen. Haré cosas. Presentaré la revista. Me iré de viaje en mi cumpleaños y tal vez siga sin entender, hasta que un día alguien llegue de súbito y traiga de vuelta la esperanza. El pasado ya no va importar y yo podré decir "Que bueno que pasó aquello porque todos esos caminos me trajeron hasta ti".

5 de enero

5 Comments:

N. said...

Cyn, ps yo tampoco sé qué decirte. Creo entenderte bien y ps.. son cosas que pasan. Ojalá podamos platicar pronto, y ojalá ya estén más asimiladas las dos noticias. Y sigo con mi super oferta: vente al DF en tu cumple, de verdad te prometo que te va a gustar mucho... y a mi me dará reteharto gusto verte. Abrazotes.

Huesos Secos said...

Todo una aventura Jack Baueriana =D (ya se imaginará quién es ese, siempre hablo de él, jajajaja...). Lo importante, como usté dice, es haber aprendido algo y que los círculos sí se cierran (aunque a veces salen medios cuadrados), y que la vida, aunque maltrecha, pos sigue y namás nos queda aguantarnos y fajarnos la camisa. Qué esté muy bien.

Anónimo said...

Hola Cyn,

aquí vine a dar del blog de Tomás. Casi no ando en esto del cyberespacio, pero ùltimamente he aprendido mucho.

De tu texto...mmm... creo que no me sé nada de los detalles, pero puedo decir que los círculos cierran cuando les es preciso cerrar. No siempre es cuando queremos.

Saludos y suerte en este 2009.

Liliana

El umbral del desierto said...

Saludos, un abrazo y mucho cariño. Puedo darte algo más? Pues siempre queda más vida por delante, mucho más lejos del monitor que no pasará más allá de tu vida y la mía. Nos vemos pronto, muy pronto. Espero sean buenas noticias.

Ivy Miranda said...

Te quiero amiga.
Un abrazo