martes, septiembre 23, 2008

‘Nosotros, los de entonces’

“Nadie puede predecir el pasado
cuando ya quizás no somos los mismos,
cuando ya quizás hemos olvidado
el nombre de la calle
donde
alguna vez
pudimos
encontrarnos.”
Gioconda Belli

Era el mismo aniversario de esa vieja estación de radio. Era el mismo septiembre, la misma lluvia que recordamos tantas veces, incluso a destiempo.

Eran las mismas calles húmedas que cruzamos saltando después de un café. Era esa casa a la que siempre volvimos; la misma chamarra beige bajo la cual nos abrigamos, mientras la lluvia y la luz nos mojaban la cara.

Entonces éramos tú y yo y empezábamos a ser nosotros. Ya estábamos enamorados, ya sentíamos vibrar en la sangre ese amor desenfrenado que luego nos haría pedazos, a ti y a mi y, sobre todo, al nosotros que nunca entendimos.

Entonces nos mirábamos con toda la inocencia que se puede tener a los 18 años. Éramos estudiantes y tú me enseñabas a mirarte hasta por debajo de la lluvia.

Entonces era sábado y un taxi nos llevó a nuestro destino: hacer una promesa que no supimos cumplir.

Entonces tú eras la promesa, yo la esperanza. Yo estaba subida a un escalón y te abrazaba cuando dijiste las palabras que nos llevaron a la tumba, que nos obligaron a caminar tantas veces por esas calles, errantes, arrastrado un amor que no entendimos, que nos rebasó y nos empujó al abismo.

Entonces era septiembre y llovía, como hoy.

lunes, septiembre 08, 2008

Otra vez el huracán...

A un año y medio. Circunstancias similares. Diferentes personajes. Me vuelvo a sentir así:

"Y tú frenando el vuelo, cerrando la puerta, porque otra vez las circunstancias, otra vez a destiempo, otra vez el destino, otra vez la vida. Y yo cerrando los ojos para no ver cómo te marchas… Y despertar al día siguiente y que una lágrima se escape sin querer e imaginar que no todo terminó, que algún día puede ser… y esperar y callar" (enero 2007).

Y también así:

"Silenciosamente deseaba que se cumplieran los sueños de la primera noche y fugarnos, perdernos en el mar o en la montaña; pero he aprendido esperar y si lo he hecho durante tanto tiempo puedo hacerlo ahora.
"Esperar el vuelo permanente, el fin de este ir y venir del cielo a la tierra, preparándome para vuelos futuros, para el vuelo constante, para el día en que no tenga que volver a pisar la tierra" (enero, 2007).

domingo, septiembre 07, 2008

Me voy... pero dejo la puerta entreabierta.

jueves, septiembre 04, 2008

De esos poemas

Hay tres poemas que siempre se cruzan por mi camino en el momento justo, como si me estuvieran esperando.
Este que pego abajo -de don Rubén Bonifaz Nuño- es uno de ellos, no me lo puedo quitar de la cabeza desde hace días. Los otros dos: "Walking Around" de Pablo Neruda y "La canción de Amor de J. Alfred Prufrock" de T.S. Eliot.


Para los que llegan a las fiestas
ávidos de tiernas compañías,
y encuentran parejas impenetrables
y hermosas muchachas solas que dan miedo
-pues no uno sabe bailar, y es triste-:
los que se arrinconan con un vaso
de aguardiente oscuro y melancólico,
y odian hasta el fondo su miseria,
la envidia que sienten, los deseos:
para los que saben con amargura
que de la mujer que quieran les queda
nada más que un clavo fijo en la espalda
y algo tenue y acre, como el aroma
que guarda el revés de un guante olvidado;
para los que fueron invitados
una vez; aquellos que se pusieron
el menos gastado de sus dos trajes
y fueron puntuales; y en una puerta,
ya mucho después de entrados todos,
supieron que no se cumpliría
la cita y volvieron despreciándose;
para los que miran desde afuera,
de noche, las casas iluminadas,
y a veces quisieran estar adentro:
compartir con alguien mesa y cobijas
o vivir con hijos dichosos;
y luego comprenden que es necesario
hacer otras cosas, y que vale
mucho más sufrir que ser vencido;
para los que quieren mover el mundo
con su corazón solitario,
los que por las calles se fatigan
caminando, claros de pensamientos;
para los que pisan sus fracasos y siguen:
para los que sufren a conciencia
porque no serán consolados,
los que no tendrán, los que pueden escucharme:
para los que están armados, escribo.

lunes, septiembre 01, 2008

Nota al texto anterior

Anda, sabes que tengo pésima condición, todavía me puedes alcanzar...