sábado, diciembre 23, 2006

Un año más

1955

Un año más sus pasos apresura;
un año más nos une y nos separa;
un año más su término declara
y un año más sus límites augura.

Un año más diluye su amargura;
un año más sus dones nos depara;
un año más, que con justicia avara
meció una cuna, abrió una sepultura.

¡Oh! dulce amigo, cuya mano clara
en cifra de cariño y de ternura
la mía tantas veces estrechara!

Un año más el vínculo asegura
de su noble amistad, alta y preclara.
¡Dios se lo otorgue lleno de ventura!

De "Nuevo amor" 1933

Salvador Novo
**
Gracias a todos los que estuvieron y a los que se fueron, a los que me ayudaron a entender que la amistad es algo más que charlas en café, a las llamadas de madrugada, a las interminables charlas por msn y en esa casa del centro, a los amigos que soñaron conmigo, a los que compartieron sus sueños, a los que siempre creyeron en mí, a los rostros desconocidos y a los nuevos amigos que tuvieron siempre una sonrisa, a los cómplices con los que compartí mis pasiones.

Gracias a los brazos que estuvieron ahí ofreciéndome siempre un consuelo, a los reecuentros con antiguos amores, a los amigos que nunca se han ido, a los que me ayudaron a alcanzar mis sueños, a los que volaron conmigo, a las infinitas tristezas, al amor que hace años que no espero y ahora lo espero desde hace años, gracias a los que siguieron cada uno de mis pasos en Xalapa, Saltillo, Castaños; a los gritos y la euforia de ese viaje inolvidable a Durango; gracias a los que han creído de manera tal en mí que decidieron acompañarme en esa nueva aventura editorial; gracias a los incansables, a los voladores, a las mariposas, los colibríes, a todas las personas que me han ayudado a entender que "no todo está perdido", que pese a las incongruencias, la amistad existe y que se puede mover el mundo "con un corazón solitario".
Gracias, los mejores deseos para el 2007

Con todo el cariño:
C. M.



viernes, diciembre 22, 2006

'El tren se llevó todo' (fragmento)


Paredón, ejido de Ramos Arizpe en Coahuila, fue quizá la población más afectada por la privatización del ferrocarril y la cancelación del tren de pasajeros, puesto que la economía de sus habitantes, además de la agricultura y la ganadería, estaba basada en el comercio y utilizaban este medio de transporte para ofrecer sus productos a otros municipios.

A la hora que pasaba el tren de pasajeros las señoras se apresuraban a ofrecer antojitos mexicanos: tacos, enchiladas, dulces típicos, refrescos, botanas. Los pasajeros estiraban los brazos desde la ventana para comprar comidas envueltas en papel estraza, los refrescos en vasos desechables, todo a precios muy accesibles.

“El pueblo vivía del ferrocarril, se vendía comida, se trabajaba en el ferrocarril. Cuando lo quitaron la gente no tuvo más remedio que irse a los ciudades”, comenta Alma Hernández, comerciante, quien ha pasado toda su vida en Paredón.

“Dicen que lo van a poner, pero ya perdimos la esperanza. Nos quitaron la principal fuente de empleo y el gobierno local nunca hizo nada”, añade su esposo, Agustín Rodríguez.

Los habitantes de Paredón hablan del ferrocarril con la nostalgia de quien recuerda mejores épocas. El viento chifla en cada rincón y ya no hay señoras, hombres o niños vendiendo a los pasajeros del tren dos veces al día. Desde hace años se dejó de escuchar el griterío de la gente: “¡Tacos, enchiladas! ¡cocas, chicharrones!”. Los colores que invadían la estación Paredón, han desaparecido, ahora este pueblo parece más desierto que nunca.

Ahora el huésped principal es el mar del desierto, esa tierra rojiza que al ser elevada por el viento hasta las ramas de los árboles, simulan el sonido de las olas del mar. A lo lejos podían apreciarse niños cabalgando entre esa polvareda roja, cegados por los remolinos y pese a eso avanzando seguros porque conocen el territorio, les pertenece.

La estación, quizá la más importante después de la de ciudad Frontera, Coahuila, está siendo reconstruida para montar un museo, pero esto nunca regresará a los habitantes aquello de los años perdidos, al contrario, les recordará en cada visita el tiempo en que todo estuvo mejor y cómo se le arrebató la estabilidad.

La alegría de este pueblo emblemático ya no es tan notoria y sus calles están pobladas por las miradas perdidas de ancianos que recuerdan los tiempos de trabajo en el ferrocarril. Ahora en torno a las vías sólo quedan ruinas de ferrocarriles y máquinas, trenes abandonados, pedazos de aluminio entre la hierba crecida, y un par de guardias siempre atentos, a la defensiva, resguardando un tesoro arrebatado.


**
Después del record de visitas a mi blog, me pongo seria y publico un fragmento del proyecto en el que trabajo actualmente, ojalá les guste.

lunes, diciembre 11, 2006

Enigma de la deseosa

Muchacha imperfecta busca hombre imperfecto
de 32, exige lectura de Ovidio,
ofrece: a) dos pechos de paloma,
b) toda su piel liviana
para los besos, c) mirada
verde para desafiar el infortunio
de las tormentas;
no va a las casas
ni tiene teléfono, acepta
imantación por pensamiento. No es Venus;
tiene la voracidad de Venus.

Gonzalo Rojas

domingo, diciembre 10, 2006

.

'A partir de cierto punto no hay retorno. Este es el punto que hay que alcanzar.'
Franz Kafka

jueves, diciembre 07, 2006

'Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos'

Para Roberto, ahora sí
Premoniciones
1. Dos semanas atrás: Tratando de rescatar algunos textos que tenían como destino el blog pero que nunca vieron luz, encontré lo siguiente:
7 de octubre de 2006
Xalapa, Veracruz
Hoy, viendo esa dolorosa película llamada “Eterno resplandor para una mente sin recuerdos”, pensé que a pesar de los dolores sería incapaz de borrar algo de mi pasado…

Había un recuerdo hermoso (existe, sólo que ahora detrás del cristal de los años), acudía a él en los momentos difíciles porque me hacia sentir que la vida también podía ser hermosa, y no sólo eso, dada la importancia del suceso, recordar era pensar en todos los sueños que surgieron a partir de ahí. De un instante de dos, se construyeron los sueños de uno.

Las cosas luego fueron diferentes, el tiempo y la distancia me separaron de todos aquellos momentos que después se mezclaron con algunas conversaciones dolorosas. Sobre aquellos días cayeron desencuentros que los hicieron tambalear. Sin embargo, hoy mientras caminaba a casa, bajo la lluvia, traté de rescatarlos un poco, de limpiarlos lo suficiente como para convertirlos en sonrisas… me hizo bien lograrlo y sentir que aquello ha pasado, que no duele, que me dejó todas esas cosas tan importantes: la sensación de mirarme en un espejo y encontrar siempre un rostro favorable.

Aquel guitarrista, melancólico y apasionado, me hizo darme cuenta de que existen los sueños, no esos rosas e inalcanzables, me habló de los sueños que se alcanzan con las manos, con las miradas, me enseñó a mirar a través de las ventana y a volar…

2. Hace algunos días: Viendo el video de la canción “Pájaros de Portugal”, de Joaquín Sabina, traté de recordar si alguna vez, siendo adolescente, me fugué de mi casa (para más información y establecer relaciones, ver el video).

Lo más cercano a una fuga fue en agosto del 2002 (ya bastante grandecita), me fui a Monterrey con un muchacho que apenas conocía (era la segunda vez que lo veía) y pasé un hermoso sábado por la tarde: Silvio Rodríguez, pizza, montañas y desierto.
Regresé a casa abrazando un disco, una fotografía y un sueño: ser escritora.

El encuentro
Lunes por la tarde: Veo en mi lista de “conectados” su nombre, lo cual me extraña porque hacia tiempo que no se aparecía por ahí. Lo saludo. Me saluda. “Voy a estar miércoles y jueves en Saltillo”, me dice. “Ojalá podamos ir por un café”, le digo. “Quizá el jueves”, me dice. “Nos mandamos mensajes”, le digo.

Miércoles por la noche: Una cena de trabajo y un micrófono retrasaron el encuentro, pero finalmente nos vimos.

Hablamos un poco de todo, sobre todo de mi, creo, de mis tristezas. De las profesiones: nos conocimos siendo estudiantes y ahora cada quien hace lo suyo, contentos por eso. De la vez que acabó todo donde empezó. De las dedicatorias que no aparecieron en los textos. De las conversaciones desafortunadas. De las disculpas pendientes. De Path Metheny y Cortázar. De los infartos y los desenfartos. De las aspiraciones. De venganzas, por si acaso. De las entregas y las traiciones. De paredes y silencios. De lo que siempre fuimos: la eterna compañía, la sonrisa que salva…

Qué gusto vernos. Sonrisas. Un poco de jazz. La música no puede faltar. Ojalá sigamos en contacto, siempre es bueno tenerte cerca. Es tarde, debemos irnos. Abrazo. Hasta pronto.

Fue muy bueno verlo, ahora que ‘nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos’, ahora que los verbos que usábamos sólo se conjugan en pasado.

viernes, noviembre 24, 2006

Historias urbanas

En el transporte urbano una madre habla con su hijo de unos seis años:

--¿Y por qué no vamos a tener clases?
--Porque va a tomar protesta el nuevo presidente.
--¿El nuevo presidente?
--Sí, antes era Fox y ahora va a ser Calderón.
--¿Y qué va a hacer ese? ¿Nos va a regañar?

jueves, noviembre 23, 2006

Preguntas

Ya que navegas por mi sangre
y conoces mis límites,
y me despiertas en la mitad del día
para acostarme en tu recuerdo
y eres furia de mi paciencia para mí,
dime qué diablos hago,
por qué te necesito,
quien eres, muda, sola, recorriéndome,
razón de mi pasión,
por qué quiero llenarte solamente de mí,
y abarcarte, acabarte, mezclarme en tus huesitos
y eres única patria
contra las bestias del olvido.

Juan Gelman

miércoles, noviembre 08, 2006

‘Si tú no te despegas de mí, yo tampoco’


Hace algunos años él me recomendó un libro de cuentos de Afredo Bryce Echenique, autor en ese entonces desconocido para mí, era “Guía triste de París”, dos palabras me llamaron la atención: triste y París (cabe decir que esas son dos de mis palabras favoritas).

Poco antes de eso, él salió de mi casa con la incertidumbre de siempre: ¿Qué pasará con nosotros? Y me contó después que había caminado a casa pateando piedras, como un personaje de esos cuentos.

Desde entonces siempre que lo leo me lo imagino caminando con la cara agachada, las manos en las bolsas y pateando piedras.

En esos mismo cuentos encontramos miles de pretextos para seguir, porque nunca pudimos resistirnos a las señales.

El libro era de él y en este momento debe estar en algún lugar de su desordenado librero (desorden que quizá ha sobrevivido al tiempo y continúa igual desde que intenté remodelar su estudio), mientras que yo sólo me quedé con una copia de Deep in a dream of you, mi favorito.

Hasta hace unas horas estaba perdido entre carpetas y papeles, pero hoy se me ocurrió contárselo a un amigo y, por si fuera poco, decidí buscarlo para sacarle copia y regalárselo.

Obviamente no puede resistir la tentación y lo leí de nuevo.

Recordé que Deep in a dream of you ha significado tanto que, cada vez que lo leo, le pongo fecha.

La primera vez, el 14 de noviembre de 2004, él me dijo: “Pero eres tan linda… que si tú no te despegas de mí, yo tampoco”; la segunda fue el 17 de febrero de 2005, “siempre nos queda, Paris”, le dije. Hoy 8 de noviembre de 2006 le digo, desde la distancia, “¿Por qué hace años que no te espero y ahora te espero desde hace años y años?”

Todavía me lo imagino caminado a su casa con la cara agachada, las manos en las bolsas y pateando piedras. Aunque debo confesar que me gusta pensar que hoy está pateando olas y silbando: “When I'm deep in a dream of you…”

viernes, noviembre 03, 2006

El ensueño

Manuel Álvarez Bravo
El ensueño
1932

miércoles, noviembre 01, 2006

Conquistando ciudades



Los fugitivos del deber, no tienen más amor que el que han perdido
Joaquín Sabina

No estoy, me fui a ver a Joaquín Sabina y a conquistar Durango…

Atte.
La mariposa viajera

viernes, octubre 27, 2006

Destruyendo fantasmas

Hace poco protagonicé un duelo de poesía. Yo iba bien armada con mis inseparables Pablo Neruda y Rosario Castellanos, la más poderosa de mis armas era “Elegías del amado fantasma” y ese poema de Neruda que les gusta a todos los hombres: “El inconstante“ (si quieren saber de qué hablo, sólo léanlo. A mi me gusta la primera parte).

La guerra terminó en empate y a mi me quedó la satisfacción de poderme acercar a la Castellanos sin miedo, sin que sus versos me duelan demasiado, sin mirarme en su espejo, sin imaginar un futuro igual de funesto. Ahora puedo encontrar alegres sus versos y ver los colores que se esconden tras un aparente duelo...

En honor a eso, les regalo este poema (uno de mis favoritos), ojalá les guste.

Tercera elegia
De elegias del amado fantasma
I
Como la cera blanda, consumida
por una llama pálida, mis días
se consumen ardiendo en tu recuerdo.
Apenas iluminas el túnel de silencio
y el espanto impreciso
hacia el que paso a paso voy entrando.
Algo vibra en mi ser que aún protesta
contra el alud de olvido
que arrastra en pos de sí a todas las cosas.
¡Ah, si pudiera entonces crecer y levantarme,
alumbrar como lámpara
alimentada de tu vivo aceite
en una hoguera poderosa y clara!
Pero ya nada alcanza a rescatarme
de la tristeza inerte que me apaga.
Grandes espacios ciernen finas nieblas
entre tu rostro y los que aquí te borran.
Tu voz es casi un eco
y lejos resplandece tu mirada.
II
Como queriendo sorprender tu ausencia
desnuda, abro las puertas de improviso
y acecho las ventanas entornadas.
Encuentro las estancias desiertas y sombrías
donde el vacío congela sus perfiles
ciñéndose a la linea de tu cuerpo.
Es como una profunda y simple copa
para beber la integridad del llanto.
III
Tal vez no estés aquí dominando mis ojos,
dirigiendo mi sangre, trabajando en mis células,
galvanizando un pulso de tinieblas.
Tal vez no sea mi pecho la cripta que te guarda.
Pero yo no sería si no fuera
este castillo en ruinas que ronda tu fantasma.

P.d. Por cierto, la banda de la Escuela de Letras, va hacer el altar de muertos en su honor, así que no se lo pierdan ¡Bien por ellos!

lunes, octubre 23, 2006

En los brazos de mi abuela

"El mar es tan hondo y aprendiste a flotar”
Jaime Ades

Si hay un lugar donde puedo acurrucarme y perder el temor al mundo, es en los brazos de mi abuela, esa vieja menudita ha soportado todo: más de diez partos, una infinidad de tormentas -naturales y humanas-, todas las carencias y todos los dolores.

Su paso es lento pero nunca inseguro, porque a sus más de setenta años ha andado todos los caminos y conoce a la perfección todos los atajos…

Me abraza con todos sus triunfos, con su infinidad de fracasos, con sus brazos llenos de desierto, de noche y medio día.

En sus manos, entre las líneas y las arrugas, están ocultos todos sus años, los rostros de todos los niños que alguna vez se abrazaron a sus faldas, los que, como yo, se ocultaron en su abrazo…

Con su inextinguible olor a campo recorre -lento- las calles, desesperada porque sus piernas ya no andan igual y a veces tiene que detenerse a descansar o agarraste de un muro, de una pared, de un brazo…

Mi abuela es una de esas grandes madres, como la tierra. Tiene esa extraña combinación de una antigua diosa azteca en la que se reúnen todos los dones: la fecundidad, el amor y la guerra.

Cuando parece que detrás de sus ojos ya no pasan los recuerdos, siempre surgen de improviso sus historias, sus modos de comprender el mundo, las formas que heredó de su madre, aquella mujer de carácter inquebrantable.

Mi abuela no le teme a la muerte, si no se muere, dice, es para no hacernos sufrir.

Se indigna por las cosas incomprensibles que pasan en el mundo, lanza una plegaria en silencio, mientras los ojos se le llenan de tristeza.

Sonríe siempre al verme, me abraza y sabe cuántas lágrimas he llorado, cuántas sonrisas he perdido y con toda su paciencia me ayuda a encontrarlas.

Los brazos de mi abuela son mi sitio favorito, mi volver a las raíces, mi amor por los recuerdos, mi encuentro con el pasado, mi pasión por la historia, mi cariño por el campo, mi fe en la paz, mi confianza en la vida…

jueves, octubre 19, 2006

sabores



La sangre de mis
heridas sabe a vino tinto

martes, octubre 17, 2006

11:11




Las 11:11 fue la hora en que todo se detuvo, en que la voz quiso cantar, en que las canciones aparecieron por casualidad. En que los ojos se reconocieron en una mirada. En que los labios nunca dejaron de “ser”. Los secretos se descubrieron, las preguntas nunca dichas encontraron respuestas.

A las 11:11, el pasado, con todos sus prejuicios y fracasos, reunió todo: las canciones, los anhelos, las promesas…

La hora en la que todo fue posible y el sueño y el amor deja de ser utopía.

Abrazarlo todo, poseerlo todo, amarlo todo, dejarlo todo, soñarlo todo, porque el tiempo con su terrible impaciencia empuja los minutos, las horas, los días y lo convierte todo en recuerdo...

'Esta boca es mía'



Hola a todos:
La vida me trae y me lleva, pero siempre llego al lugar en el que debo estar... Así que entre estas mudanzas se me ocurrió abrir mi columna en línea, en la que publicaré crónicas, reseñas, etc. Los asuntos personales se quedan aquí en "Mariposa de sangre marrón", pues "Esta boca es mía" será totalmente periodística.

Por lo pronto la comparto con ustedes, espero sus comentarios y sugerencias, sé que serán buenos críticos...

El titulo es de una canción maravillosa de Sabina y además es una copia del nombre de la columna de Lydia Cacho en la revista "Tentación" que salía (o sale) en El Universal, pensé que sería de buena suerte que se relacionara con estas dos personas que me encantan y que tienen un largo camino recorrido… Ya luego elegiré un nombre "exclusivo" para mi…

Bueno, se los presento: http://cyntia-moncada.blogspot.com/ ahí está lo que sé hacer, bien o mal, ahí la llevo.

sábado, octubre 14, 2006

Congregación de pasados

Ahora que tengo un alma que perder
Ahora que no te debo ni me debes
Ahora que estas a tiempo de olvidarme
Ahora que no te quiero todavía.
Joaquín Sabina

Un hecho extraño amerita mi impostergable regreso al blog. Desde hace varios meses el pasado me ha sorprendido mezclándose misteriosamente con mi presente: de pronto me lo encuentro caminando por la acera de enfrente, en Internet (a altas horas de la madrugada), llega de manera sorpresiva a mi casa a mostrarme cómo hemos cambiando, me manda correos pidiéndome otra oportunidad, o me recuerda de pronto el poema escrito por un niño de secundaria…

Mi pasado se está saliendo de control. Los recuerdos no sólo están regados por toda mi habitación, están luchando con todas sus fuerzas para no perecer, y se aparecen en los lugares más insospechados, se esconden bajo las uñas, se acurrucan bajo la almohada para colarse en mis sueños.

Están aterrados, se resisten a morir, hoy me llevaron a un lugar cerca de la carretera, me mostraron la noche y sus estrellas, pusieron a toda volumen esa canción para que me encontrara de frente con esos ojos fugaces que me miran siempre a través de la oscuridad.

Me empujaron a callejones sin salida donde se guardan las lágrimas de aquel amante de los ojos tristes, donde se encierran todas sus canciones. De los dobleces de mi ropa sacaron antiguos olores: a lluvia de septiembre, a noches frías, a veranos interminables, a pieles claras y morenas.

Me taparon los ojos y me trajeron un par de labios (de los que “sacan de quicio”): volví a ver cómo lentamente se aceraban a los míos, empujados por un hombre vestido de pasión y sangre…

Y ayer el pasado tocó mi puerta, ese hombre alto y lúgubre se apareció con todos sus recuerdos, me sorprendió con el miedo de siempre, miedo a acercarme demasiado, a decir demasiado, a preguntar demasiado, a mirar demasiado, a amar demasiado…

lunes, octubre 09, 2006

¿Quién me ha robado el mes de abril?

Sólo para que sepan que sigo viva... que pese a todo sigo aquí ('estoy ausente, pero aquì estoy')... Porque como dice Rosario Castellanos "el dolor —¿y qué otra cosa soy más que dolor?— me ha hecho eterna."

¿Quién envenena las palabras?
¿Quién truca el dado del parchís?
¿Quién me asesina por la espalda?
¿Quién llora si me ve reír?

¿Quién va desnudo a la oficina?
¿Quién contamina mi jardín?
¿Quién ha inventado la rutina?
¿Quién coño me ha robado el mes de abril?


Joaquín Sabina

miércoles, octubre 04, 2006

De regreso

Hola a todos!

Pues este post es sólo para decirles que ya estoy en Xalapa (llegué hoy miércoles). Hice una parada técnica en Tampico y como siempre me la pasé muy bien...

Espero pronto tener nuevos textos y experiencias para compartir...

Saludos a todos!

Los extraño!

domingo, octubre 01, 2006

Sencillos deseos


Pues estoy a un día de mi partida, quizá ahora por un lapso más largo… Esta vez todo parece más difícil, más doloroso, pero también más definitivo…

Ahora prefiero tener la mente en blanco y, estando allá, en mi soledad voluntaria, seguro podré pensar mejor todo, verlo a la distancia y dejarlo pasar…

Ahora leo este poema de Gioconda Bellí, quien se une a mi lista de poetizas dolorosas (junto con Rosario Castellanos y Sylvia Plath):

Sencillos deseos
Hoy quisiera tus dedos
escribiéndome historias en el pelo,
y quisiera besos en la espalda,
acurrucos, que me dijeras
las más grandes verdades
o las más grandes mentiras,
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer más linda,
que me querés mucho,
cosas así, tan sencillas, tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera
dependiera de que los míos sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y luego en aguacero.
Cosas quiero, como una gran ola de ternura
deshaciéndome un ruido de caracol,
un cardumen de peces en la boca,
algo de eso frágil y desnudo,
como una flor a punto de entregarse
a la primera luz de la mañana,
o simplemente una semilla, un árbol,
un poco de hierba.

miércoles, septiembre 27, 2006

Concurso LaRuleta


LaRuleta en línea te invita a participar en su I Concurso Express de Cuento Corto.

Sólo tienes que subir en la sección de “comentarios” de www.laruletauniversitaria.blogspot.com un texto de máximo 500 caracteres.

El tema es libre, mientras se acople a la extensión.

No olvides dejar tu correo electrónico para comunicarnos contigo en caso de resultar ganador.

Habrá un premio para el primer lugar, por lo que se necesita, de preferencia, que radiquen en Saltillo

La convocatoria se cierra el viernes 6 de octubre.

martes, septiembre 26, 2006

Encuentros




“Eres mi vida y mi muerte,
te lo juro compañero,
no debía de quererte
y, sin embargo, te quiero…”


…hace poco visitamos el mar, era de noche y el tiempo se media por las vueltas de un faro que iluminaba el mar desde lejos.

Recuerdo que vi la luz del faro en sus ojos. Luego caminamos por la orilla, de vez en cuando nos deteníamos un poco a ver la luna que esa noche lucía hermosa, no era para nada la que me sonrió muchas noches atrás. Esa luna había salido para nosotros: gigante, escarlata…

Mientras andábamos charlamos sobre muchas cosas: descubrimientos, planes, ojalás… sigo pensando, como entonces, que el mar nos sienta muy bien.

Hace años el mar de Cozumel le susurró al oído que volviera por mí, esa noche las olas nos arrojaban a los brazos del otro.

Imaginamos que esa noche encontraríamos una botella con un mensaje en el que estarían escritas todas y cada una de las respuestas. Pero pese a los esfuerzos por mantener los ojos abiertos, la botella nunca apareció.

Volvimos a tierra firme y, días después, nos encontramos de nuevo, esta vez entre la arena del desierto. Pero al parecer las olas de arena nos alejan y el polvo ciega nuestros ojos. Nos buscamos a tientas, pero los aires nos empujan en distintas direcciones. Nuestra piel, antes húmeda, está seca.

Cuando recupero la vista ha pasado distancia y tiempo. Ahora hay entre nosotros una montaña poblada en su totalidad por plantas llenas de espinas, parece imposible un camino que me lleve al otro lado, ni siquiera lo busco y me refugio en el sur…

He vuelto noche tras noche a la playa, sigo buscando la botella con el mensaje, espero que la marea me susurre al oído, que las olas me arrojen a… pero parece que el mar lo ha olvidado todo.

Es tarde. Observo el faro añorando que en uno de esos parpadeos, pueda ver el reflejo de su luz intermitente en aquellos ojos y, bajo la misma luna escarlata, percibir el aroma a mar que tenía su piel…

domingo, septiembre 24, 2006

De viejas soledades


“Pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos,
un diccionario de caras y días y perfumes que vuelven
como los verbos y los adjetivos en el discurso,
adelantándose solapados a la cosa en sí, al presente puro,
entristeciéndonos o aleccionándonos.”
Julio Cortázar
24 de septiembre de 2006
Por azares del destino llegaron a mis manos un par de cajas llenas, hasta el tope, de recuerdos...

Resulta que cuando vine a Saltillo (hace cinco años) me traje un montón de cuadernos donde escribía mis cosas (principalmente diarios) y cuando me cambié de casa de mi abuela las dejé ahí, con la firme intención de olvidarme de ellos.

Para mi sorpresa hace un par de días mi mamá tuvo que desalojar la habitación que funcionaba como bodega allá y, como es incapaz de tocar mis cosas, me trajo intactas dos cajas repletas de recuerdos.

Yo no tenía ni el más mínimo interés en abrirlas (suficiente tengo con los fantasmas del presente, pensé), pero hoy mientras hablaba por MSN con mi cuñis (postiza) me puse a recordar como era a su edad (15 años) y, casi sin pensarlo, recurrí esas cajas abandonadas. Lo primero que encontré: un diario de 1999.

Sólo basta leer las primeras hojas para encontrar las palabras clave: soledad, amor, preguntas, sueños, miedo, amistad, olvidar, raro, maravilloso, miradas, desesperación. Encontré cosas tan alentadoras, tan puras. Me encontré una capacidad impresionante para maravillarme con todo, de una hoja paso de la alegría desbordarte a la soledad más desalentadora…

Llevaba una relación extraña con mi diario, a quien llamaba Juliette, Julieta o Julie, solía escribirle “eres mi única amiga”, “gracias por estar conmigo siempre”, como que tenía la idea de que realmente escribía para alguien (ya luego con mis arranques de personalidad múltiple, me di cuenta que me dirigía a mi misma jeje).

Encontré que en julio del 2000 viajé por primera vez sola y conocí el mar. Lo llamo “alfombra azul”…

En septiembre del mismo año, un testamento en el que heredo mis libros, mis diarios, mi ropa y mi dolor…

Decenas de veces, vi escrito un nombre, Israel, mi noviecito de esa época. Ha pasado muchísimo tiempo de aquello, pero debo confesar que le tengo un cariño especial, no sólo por el tiempo que compartimos (que fueron como cuatro años), sino porque siempre pensé que teníamos una conexión extraña. Todavía hace poco tuve sueños donde algo malo le pasaba y cuando despertaba a como diera lugar lo localizaba. Siempre resultaba que en la vida real le sucedía algo muy parecido a mi sueño…

Encontré los “poemas” de mi adolescencia, bastante cursis y graciosos, y muchísimas cartas que nunca envié y algunas que sí se me mandaron a mi…

Después de nadar entre los recuerdos he decidido, como toda una Cronopia, dejarlos libres, que anden saltarines por los paredes de mi cuarto, total ahora me resultan inofensivos.

P.d. Ya está listo el blog de LaRuleta,
no olviden visitarlo: http://www.laruletauniversitaria.blogspot.com/

viernes, septiembre 15, 2006

“Soy un rostro anónimo en esta multitud de rostros anónimos”


14 de septiembre de 2006

I

Déjame ver algún día como ven tus ojos
Julio Cortázar

Hoy, andando de noche por Xalapa, me di cuenta de que todos los días me encuentro a un ciego caminando por la calle con su inseparable bastón de ciego, desconozco si son los mismo de siempre, no puse atención a su rostro. Hoy lo descubrí por andar curioseando entre las miradas de la gente:

Encontré todo tipo de ojos, descubrí que los hippies tienen la mirada profunda; que hay ojos que saltan de un lugar a otro, que no pueden permanecer fijos; observé vagabundos con los ojos nublados (por suciedad o por tristeza, a veces es lo mismo); vi ojos de la costa veracruzana, ojos que siempre ven hacia arriba y los que, por ir viendo hacia abajo, me ocultaron su mirada; ojos que parece que ven, pero que detrás de su mirada hay nada; ojos que suplican compasión, ojos que sin ser boca sonríen, ojos que sin ser manos acarician, ojos que van espantados por haber visto demasiado, ojos desilusionados por no ver nada, ojos que son espejo, ojos que son tumba…

Acá en Xalapa me ha dado por convertirme en una observadora profesional. Algunas personas suelen criticar mi falta de esencia periodística porque no pregunto demasiado, la observación ha sido siempre mi principal fuente, las preguntas las suelo usar para confirmar lo que antes observé, quizá sea por eso que el periodismo y yo nos peleamos tan seguido, afortunadamente para mí, la crónica ha sido mi salvación, es quizá el único genero donde no todo tiene que ser certeza…
II

Lo dijo con la voz de esas mujeres que en la
vida han bebido demasiado, han conocido demasiado,
han amado demasiado, y por tanto están más allá
de la mentira…
Antonio Tabucchi

Pues resulta que yo iba por la vida imaginando que nadie me veía (Miguel de Unamuno), entonces aparece unos ojos de entre la multitud, me reconocen, pertenecen a una chica que me parece haber visto antes. Me dicen que si yo pertenezco al “clan“, que ha visto la señal en mi espalda, que la señal es inconfundible, que ella también es parte, me muestra la señal: es una mariposa…

La reconozco de inmediato y sonrío, nos sentamos en la banca del parque y charlamos, se llama Luna, me cuenta de sus vuelos, de su más grande vuelo a una ciudad antigua. Le hablo de mis dudas, de mis aterrizajes forzosos, de lo heridas que estuvieron mis alas. Asiente y sonríe, parece que conoce a la perfección mi caso, dice que se sintió igual que yo hace tiempo. Lloro en su regazo. Me pide que seque las lágrimas, que vuele, que para eso me han mandado acá. Lo dudo un poco, me dice que lo disfrute, que ya di el primer gran paso, primero camino despacio y al fin emprendo el vuelo. Ella me mira desde lejos sonriendo…

III
Quiero escribir, pero me sale espuma
César Vallejo

Hoy fue la segunda sesión de mi taller. Después de mi penosa primera sesión las cosas no estuvieron mejor esta vez (¿Por qué penosas? Porque no he leído a ninguno de los autores que el tallerista mencionó, muchos ingleses).

Es la primera vez que voy a un taller por mi propia voluntad, me pone muy nerviosa leer mis textos (todos dirán que es normal, que así se empieza) y me acordé de mis primeras clases con Chuy de León, rezaba para que nunca se leyeran mis textos, me escondía en el baño, hice mil peripecias, hasta que lo asumí como un mal necesario (jeje)…
Más o menos así me sucedió, me puse nerviosa durante toda la primera hora, estaba a punto de decir que no traía texo, pero me dije “¡No! Tienes que enfrentar tus miedos” (“únete a los optimistas“ jajá). Así que, con una voz casi imperceptible, atiné a decir: “yo”, y que me pongo a leer, lo que era en realidad un reciclado de “Viajar, perder países II” con algunas modificaciones que lo hacían más personal (el asunto era llevar un texto en primera persona).
Lo chistoso fue que mientras lo leía, los presentes ponían cara de desconcierto, al parecer yo, pese a estar hablando de Xalapa, describía una ciudad que les era desconocida. Cuando terminé de leer el tallerista sólo sonrió (quiero creer que es una señal de que le gustó o por lo menos le pareció simpático) y una de mis compañeras dijo algo así como “suena muy bien”. (jajá)

Los comentarios iban a ser al final, pero el tiempo se terminó y Homero (José Homero, es el que da el taller) hizo algunas observaciones a los que leyeron primero y dejó el resto para comentarlos las siguiente sesión, desafortunadamente entre esos textos iba el mío, así que todo es incertidumbre por ahora…
Cuando se terminó el taller, salí disparada del lugar, fui a reencontrarme con esa ciudad que sólo mis ojos pueden ver…
PD Las últimas dos imagenes son de mi amigo el Carlos

miércoles, septiembre 13, 2006

"Como quien oye llover"


La verdad es que no tengo nada preparado para hoy. Me dediqué sólo a vivir los últimos días, sin pensar en nada. Estoy de regreso a la realidad, aunque la realidad me recibió enferma. No se preocupen ya estoy mejor.

En fin, este es un comentario para aplacar las preocupaciones de los cientos de amigos que me han mandado mensajes preguntando por mi ausencia (jajaja).

Los dejo el poema que le dio nombre a mi blog, en conmemoración a este fin de semana inolvidable:

Como quien oye llover
Óyeme como quien oye llover,
ni atenta ni distraída,
pasos leves, llovizna,
agua que es aire, aire que es tiempo,
el día no acaba de irse,
la noche no llega todavía,
figuraciones de la niebla
al doblar la esquina,
figuraciones del tiempo
en el recodo de esta pausa,
óyeme como quien oye llover,
sin oírme, oyendo lo que digo
con los ojos abiertos hacia adentro,
dormida con los cinco sentidos despiertos,
llueve, pasos leves, rumor de sílabas,
aire y agua, palabras que no pesan:
lo que fuimos y somos,
los días y los años, este instante,
tiempo sin peso, pesadumbre enorme,
óyeme como quien oye llover,
relumbra el asfalto húmedo,
el vaho se levanta y camina,
la noche se abre y me mira,
eres tú y tu talle de vaho,
tú y tu cara de noche,
tú y tu pelo, lento relámpago,
cruzas la calle y entras en mi frente,
pasos de agua sobre mis párpados,
óyeme como quien oye llover,
el asfalto relumbra, tú cruzas la calle,
es la niebla errante en la noche,
como quien oye llover
es la noche dormida en tu cama,
es el oleaje de tu respiración,
tus dedos de agua mojan mi frente,
tus dedos de llama queman mis ojos,
tus dedos de aire abren los párpados del tiempo,
manar de apariciones y resurrecciones,
óyeme como quien oye llover,
pasan los años, regresan los instantes,
¿oyes tus pasos en el cuarto vecino?
no aquí ni allá: los oyes
en otro tiempo que es ahora mismo,
oye los pasos del tiempo
inventor de lugares sin peso ni sitio,
oye la lluvia correr por la terraza,
la noche ya es más noche en la arboleda,
en los follajes ha anidado el rayo,vago jardín a la deriva
entra, tu sombra cubre esta página.
Octavio Paz

jueves, septiembre 07, 2006

Días de lluvia



“Pocos árboles dan tanta y tan placentera sombra”
Jorge F. Hernández
Lunes 4 de septiembre
Llegando a casa después de un día de lluvia.

Los cambios de temperatura han hecho estragos en mi y comienzan a aparecer síntomas de gripa (o gripe).

Hoy anduve peregrinando por las calles del centro en búsqueda de un trabajo: demasiados requisitos: cero resultados.

Pese a todo hay buenas noticias:

Gracias a un amigo que conocí en el vips voy a colaborar en una revista de por acá. La idea es hacer periodismo de investigación, enfocado a temas sociales, así que sin saber dieron en el blanco pues es mi área favorita. Por lo pronto quedé de mandarles un texto y seguiremos platicando.

En otra información: tuve una padrísima plática con unos chavos que conocí en la Feria del Libro, ellos trabajan en el Colegio Nacional y me regalaron una charla inolvidable. Creo que son de esas personas que se conocen un día y te pasas la vida agradeciendo esa casualidad porque jamás los olvidas.

Fuimos de la política a las tradiciones de mi pueblo, pasando por el café, la literatura, viajes, historia, de todo un poco, pero además de abordar temas “serios” me hicieron reír muchísimo, actividad que tenía un poco olvidada, no por falta de capacidad sino de pretextos. Siento que nos faltó tiempo para seguir charlando, pero ellos debían regresar de madrugada al DF. Ojalá me los encuentre pronto en otras tierras, ya se verá… Por lo pronto, si algún día entran a este blog, les mando muchos saludos y les agradezco su compañía.

Bueno, pues gracias a ellos me he puesto un poco melancólica, hablar tanto de mi tierra me ha recordado cuanto la extraño… Así que mejor aquí le dejo…

Martes 5 de septiembre
Sigo con la melancolía. Razón: una plática difícil con una persona que tiene unos ojos que brillan, me siento culpable, sé que al menos por un momento se apagaron, pero confío en su capacidad para mantenerlos siempre encendidos…

Hoy no hay demasiadas novedades, salvo que acá empieza a hacer frío y yo empiezo a necesitar mi ropa de invierno.

La charla con los chavos de Colegio Nacional me ha dejado un tanto desolada. Había olvidado un poco lo que era la buena compañía y ellos me hicieron recordarlo, ahora por su culpa =P la extraño. Lo bueno es que ya este jueves inicia mi taller de narrativa y seguramente obtendré algo de provecho. Ah también empezaré a ir al cine club que organiza el Instituto Veracuzano de Cultura para seguir las recomendaciones de mi amigo Jesé (lo del rock todavía no lo incluyo pues hay poco, o nada, de material al alcance).

Al parecer pronto caerá por acá arena de desierto, eso me tiene muy entusiasmada.

Actualmente leyendo: “El oficio de historiar” de Luis González y González

Esto fue: “Resumen de noticias” por Cyntia Moncada. ¡Hasta la próxima!

Nota del 7 de septiembre:
Parafraseando a Unamuno: “¡Me duele México!”
Ahora resulta que los medios de comunicación quieren solucionar todo con un: “Bueno, ya tenemos Presidente, recuperemos la paz”, lamento decirles que apenas se está cosechando lo que ellos mismos sembraron…

lunes, septiembre 04, 2006

Espectros de mi infancia



El máximo problema del hombre no
es la pesadumbre de la existencia,
sino la amargura de fluir. Si pudiera
asirse al minuto, si lograra consolidar cada
instante, dejaría de estar angustiado.
Pero, entonces, dejaría de ser hombre
Ángel María Garibay K.
4 de septiembre de 2006

“Infierno de todos”, el primer libro de Sergio Pitol, es una colección de cuentos construidos a partir algunos de sus recuerdos infantiles, cito: “Había logrado a través de esos cuentos desprenderme de algunos incómodos espectros. Podrían no ser los del presente, pero sí aquellos con los que conviví en la infancia”.

Este libro me ha ocupado durante ya varias noches, no sé por qué no he podido terminarlo, creo que me causa demasiada inquietud. Me remite a mi propia infancia, llena también de “espectros”, a mi obsesión por reconstruir, desde muchas perspectivas, la historia de mi pueblo y mi propia historia ahí. Por eso no es extraño encontrar en mis textos algunos temas recurrentes: mi abuela, el panteón (y por consiguiente la muerte), el ferrocarril, mi abuelo, el maíz; esos fantasmas son una especie de punto de partida, fueron mi primer contacto con la realidad (los papás no cuentan, ellos eran algo etéreo), lo primero y lo que mejor recuerdo…
Hay ciertos instantes que tengo muy clavados en la mente, de los que recuerdo detalle a detalle, olores, sensaciones, colores: como el entierro del papá de un maestro muy conocido (que duró algunos días perdido en “el monte”); el día en que el tren se llevó la camioneta de una enfermera amiga de mi mamá (con ella dentro); los movimientos y sonidos de mi abuelo al manejar la carreta jalada por su caballo… y la expresión de su cara el día de su entierro; el juego de las escondidillas entre los maizales (cuando las tierras todavía se trabajaban)… Y así podría mencionar muchos, todas referentes a esos tópicos. Las personas que me conocen bien, lo saben, pues en mis pláticas siempre, invariablemente, recurro a ellos…
(Un dato curioso: casi todo lo que recuerdo ocurrió antes de 1998, año en que murió mi abuelo)
Y entre más pienso, más segura estoy de que mis ansias actuales de escribir, básicamente, tiene que ver con mi necesidad de eliminar esos espectros. Y aquí una muestra:
Para los que no saben, le tengo una especie de pánico al ferrocarril: odio que mi papá “le juegue carreritas”, no puedo permanecer a menos de cinco metros del tren cuando está en movimiento y me pone sumamente nerviosa ese ruidito en las vías después o antes de su paso, sin embargo, estoy trabajando en un proyecto de “Crónicas del ferrocarril”, con eso les digo todo…
Por otro lado, hace algunos años escribí un mini cuento para mi taller de Redacción, que no tiene otro origen que el de ese señor que una tarde salió a caminar y se perdió, su familia lo buscó por días hasta que lo encontró muerto. Esa historia me obsesiona porque ha generado muchas “leyendas” que cuando niña me horrorizaban.
Y aunque este es otro asunto, recuerdo que en ese entonces (cuando lo escribí) la historia surgía como respuesta a mi necesidad de traspasar ciertos limites -porque ese hombre mientras caminaba había traspasado la frontera de la vida y la muerte (casi del mismo modo en que Quetzalcóatl traspasó la frontera del tiempo y para volverse inmortal)- pero también a mi deseo de huir, no sé de qué ni por qué, sólo huir… en fin, ese texto aunque no lo parezca dice mucho de mí…
Y todo esto viene al caso, porque esta noche estoy sorprendida, me sorprende que a veces las respuestas están donde uno menos se lo imagina. Hoy fue Pitol con su “Infierno de todos” quien me ha hecho recordar, abrir baúles y llegar a una conclusión: es hora de deshacerme de mis propios espectros.
Por lo pronto aquí les dejo el texto del que les hablé (algunos ya lo con conocen) debes ser más o menos del 2003, es una muestra de mi primer intento de exorcismo. Ojalá les guste.
Fronteras
Llevaba días caminando con la mirada fija en ningún lado. Ya no sentía los pies amoratados ni la sangre que escurría de su herida. Caminó tanto que atravesó la frontera de la realidad, de la vida y de la muerte... y siguió caminando. Caminó, caminó tanto que ya no pudo regresar.

sábado, septiembre 02, 2006

Por eso digo que mejor sola…


“Para mí, ni amar a otra ni de ésta desistir es posible:
Cintia fue la primera, Cintia será el final”
Propercio

1 de septiembre de 2006
Hoy ha sido un día desastroso, y todo por un intento de sociabilizar y ser buena persona, pero no más, a partir de hoy seré antisocial, antipática y “mala” persona. He terminado con un terrible dolor de cabeza, necesito armonía para mis oídos: escucho a Bach.

En fin, no quiero hacerles el cuento largo y me da cosa (a pesar de todo) que ella algún día llegue a leer este blog y se de cuenta de que me causó tan mala impresión; sólo les digo que mi paciencia reservada para un año (o más) se ha agotado en una tarde, así que vuelvo a mi maravillosa vida solitaria, y al messenger como único contacto con el mundo ;) …

Lo único bueno es que fui a la Feria del Libro y me compré libros padrísimos: dos volúmenes de las obras completas de don Luis González y González, un libro que escribió Bonifaz Nuño sobre Propercio (su musa -de Propercio- se llamaba Cintia, cito: “Y el sufrimiento adquiere dentro de él todos sus filos y sus herrumbres hirientes y sus venenos dulces e implacables, a partir de un momento que es como el primero de una creación misteriosa: el momento en que Cintia aparece y se enraíza en el corazón del amante predestinado…” por eso digo… mejor no digo nada), unos libros de Pitol, “Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares” de Miguel León-Portilla y uno de Pérez-Reverte para mi hermanito. Como pueden leer, tengo historia para rato.

… después de escribir, parece que la calma regresa poco a poco… No, no soy exagerada, si estuvieran en mi lugar lo entenderían (risas)

Otra noticia buena es que la próxima semana empiezo un taller de técnicas narrativas, que además de ser para escritores es para lectores, por eso me decidí, es que eso de escribir todavía no me convence mucho…

En fin, me pondré a hojear mis nuevas adquisiciones después de este momento de desahogo. Les debo la crónica del Museo de Antropología, pero no se me desesperen, en eso estoy.

Les aviso que en unos días sale el nuevo número de LaRuleta, para que la busquen en los lugares de costumbre. El próximo número es “el futuro” así que ya empiecen a mandar sus colaboraciones.

Muchos saludos a todos ¡gracias por leerme y gracias por sus comentarios! ¡Gracias AnaB!


P.d. Ya comencé (apenas, sí) a buscar trabajo, mínimo para pagar la renta y mis cafés, que es mucho pedir.

miércoles, agosto 30, 2006

Cotidianeidades



“Y, cuando el destino convoca,
los monarcas deben obedecer”
Dryden
29 de agosto de 2005
Estos días he estado especialmente feliz, sin razón aparente. He aprendido y desaprendido en poco tiempo.
Hoy, específicamente, me he desperté con la idea de que eso de “apenas me estoy acoplando” ya no es válido para mí, así que inician los verdaderos retos: el primero es leer un libro diario (claro tomando a consideración el tipo de libro y el grosor de este), también me he propuesto escribir por lo menos tres cuartillas diarias (en busca de eso que llaman disciplina), por último, y no por eso menos importante, escuchar música clásica y jazz. Así que se aceptan sugerencias y regalos ;) para cumplirlo.
Esto puntos son parte imprescindible del crecimiento que quiero lograr estando acá y para que valga la pena, debo crecer por lo menos en esos tres aspectos. Lo demás son cosas secundarias, como aprender a cocinar, caminar (mínimo) una hora diaria, tomar por lo menos cinco cafés diarios (jeje) y cosas así de básicas para el organismo.
Hoy fui al super (no crean que todo es cultura acá ¡no! después del museo hay que dedicarse al hogar) y estoy segura de que mi mamá se reiría mucho de mi al ver las cosas que compré (yo misma me río de mí), pero prometo ir mejorando (cabe aclara que entre mi lista de productos básicos iban las deliciosas y sumamente extrañadas torrillas de harina, aunque las únicas que encontré fueron de “Tía Rosa”)…
Hoy también, gracias a un descuido, aprendí que para ir al Museo de Antropología no me lleva la ruta “Ávila Camacho” y tuve que caminar mucho, mucho para dar con él… ya mañana publicaré una amplia crónica de mi visita por eso paraíso terrenal.
Muchas gracias a “todos” los que me dejan sus comentarios, a los que me demuestran que a veces existen más distancia cuando se está en la misma ciudad y a los que poco a poco (o súbitamente) me van olvidando…
Un abrazo!
P.d. Como se pudieran dar cuenta, este texto no es más que una actualización de noticias.

sábado, agosto 26, 2006

Instantes

“Para su plenitud este instante
no quiere más que ser
y pasar.”
Rosario Castellanos
26 de agosto de 2006
Debo confesarlo, pese al enorme interés que tenía por el evento, estaba asustada, era demasiado bello para ser verdad: Vila-Matas, Tabucchi, Pitol, Villoro y Monsiváis en una misma mesa podrían provocar una luz cegadora. Así que para asimilarlo decidí llegar a tomarme un café a mi ya favorito “Café Cali“, del Callejón del Diamante (no, no me pagan la publicidad, lo hago por amor al arte).
Sentada en una de las mesas al aire libre (llovía) intentaba leer “La cabeza perdida de Damasceno Monteiro” de Antonio Tabucchi, me detenía en cada línea a pensar en cómo era posible estar leyendo en lugar de irme inmediatamente a hacer fila para ser la primera en entrar, sin embargo, me lo tomaba con calma, disfrutando el momento a plenitud.
Al fin me decidí a pagar la cuenta y pregunté cómo podía llegar al Teatro del Estado (la idea en un principio era ir hasta allá caminando, pero la lluvia era cada vez más recia) y viajé por primera vez en el transporte urbano de Xalapa (los precios son iguales que en Saltillo, pero las condiciones de los autobuses los superan por mucho). Las avenidas por las que anduve están bordeadas por unos árboles gigantes que en esa tarde lucían hermosos, salpicados de lluvia.
El teatro estaba repleto (en parte porque muchos estudiantes habían sido obligados a ir) pero pude encontrar un lugar solitario con muy buena vista. Saqué mis instrumentos de trabajo (grabadora, libreta y pluma) y estaba dispuesta a no ser interrumpida, pero siempre hay pequeños detalles: una niña sentada a mi lado salió como diez veces de su asiento, grupos de estudiantes gritaban y chiflaban a sus compañeros sentados en las últimas filas… pero cuando entró el maestro Sergio Pitol se hizo un silencio sorprendente. Una lluvia de aplausos le cayó encima, mientras él sólo se limitaba a sonreír y a callarlos haciendo un movimiento de subir y bajar los brazos extendidos.
Reconocí a Vila-Matas enseguida (yo insisto que tiene finta de argentino), reconocí su mirada un tanto cínica y la expresión en su rostro de estar siempre planeando algo, actitud muy evidente también en sus textos. Pitol presidía la mesa, a su derecha había un silla vacío y después estaba Margo Glandz y la maestra de Ceremonia; a su izquierda Vila-Matas, la directora del Instituto Veracruzano de Cultura y un autor desconocido para mí.
Todos nos hicimos las misma preguntas ¿Y Tabucchi? ¿Y Monsiváis? ¿Y Villoro?
Margo Glantz fue la primera en hablar, yo la había escuchado un día antes en el homenaje que hizo la Universidad Veracruzana al maestro y me parecía que el discurso era muy parecido, así que mi vista se concentró en mirar a Vila-Matas y en imaginar que a los otros autores se les había hecho tarde y que por eso no llegaban. Eso pasó con Villoro, pero no con los demás, quien llegó un tanto desconcentrado, pero esperó a que Glantz terminara su discurso para ocupar su lugar en la mesa.
Era el turno de Villoro, quien luego de contarnos del motivo de la reunión, inició su discurso con la seguridad que le caracteriza. Villoro esa una de esas personas que se imponen, de esas que uno no sabe cómo mirar, de los que no debes perder de vista ni un solo instante porque aprendes hasta de su forma de caminar. Yo lo vi por primera vez hace casi un año, en la feria del libro de Monterrey, presentaba un libro de Enrique Florescano y habló sobre Quetzalcóatl y el espejo humeante; lo hizo de una manera tal que no he podido (ni podré) deshacerme de ese personaje por el resto de mi vida.
Tocaba el turno a la directora del IVEC, quien leería el texto que mandó Tabucchi, “él no pudo tomar el avión, dijo, por cuestiones de salud“. Mi desilusión se hizo presente inmediatamente, “la vida no vale nada, tanto esperar, para nada”, me dije. Ni siquiera escuché el discurso (pero lo tengo grabado), tampoco el de Monsiváis que leyó un escritor local que no precisó las razones de la ausencia.
Sólo tenía una esperanza: Vila-Matas era el único que podía salvar el evento, y lo hizo maravillosamente. Él, a diferencia de los demás, no llevaba un discurso preparado, sólo el prólogo que había hecho para uno de los libros de Pitol. Entre comentarios sincerados y lecturas, rompió la solemnidad del evento y mató de risa a todo el auditorio, es simplemente maravilloso, no podría explicarlo pero prometo transcribirles algunos de sus “comentarios”.
Desafortunadamente el maestro Pitol no pudo hablar mucho, sólo agradeció a los asistentes y a sus amigos, argumentando que se sentía mal de la garganta (después me enteré, desconozco la veracidad, de que padece algo así como una tartamudez) a mi realmente me impresionó porque lo vi un día antes en perfecto estado, por esa y no otra razón decidí no ir a la inauguración de la feria del libro, donde estaría presentado unas revistas. Prefiero quedarme con la primera imagen del maestro.
Cuando terminó el evento, estaba tan maravillada que decidí regresar caminando a casa. Las calles estaban húmedas y había oscurecido. Era uno de esos momentos en que en lugar de caminar parece que vuelas…
Hoy voy a ir a la Feria del Libro. Villoro va a presentar su libro y él, Vila-Matas y Pitol van a “dar autógrafos” (jajaja). Yo creo que hoy no compraré nada de ellos, pero mínimo voy a verlos de lejitos.
Muchas gracias por sus comentarios, son unas verdaderas muestras de cariño.
¡Un abrazo!

jueves, agosto 24, 2006

Niebla


“La niebla de la vida rezuma un
dulce aburrimiento, licor agriduce”
Miguel de Unamuno
24 de agosto
00:35 horas
Aquí estoy intentando escribir. Hace un momento, mientras caminaba a casa entre la neblina, observaba cómo los colores brillantes de las calles y las iglesias se convertían en hermosos tonos pastel, una bella imagen de Xalapa que, aunque característica, no conocía. La neblina trajo también un olor oculto a flores y rocío, que la cotidianeidad y la luz del día, reservan sólo para los caminantes noctámbulos.

Pensé que el tema de esta otra Xalapa, era bueno para el blog y se me ocurrieron muchas cosas, pero después de llegar a casa y leer un mail certero y directo al corazón, me he quedado sin palabras… Contrario a lo que muchos se imaginan no se trata de un mala noticia ni de una desilusión, sólo es una pregunta difícil de responder, lejos de la superficialidad que a veces pueden tener las emociones, esta sencilla pregunta me ha sumergido en un baúl desordenado y oscuro: “mi interior”
La pregunta tal vez no me hubiera provocado tanta angustia en otro contexto, y quizá allá podría ser contestada, aunque sólo que de manera parcial e indefinida, acá es diferente, acá parece que todo empieza de nuevo… Urge una respuesta definitiva e impostergable…

24 de agosto
13:53 horas
Después de pensar mucho por la noche, llegué a una conclusión: debo cambiar de lugar de trabajo. La primera opción es obvia, una biblioteca, la elegida se llama “Carlos Fuentes” y está justo frente a un lindo parque (que nosotros llamaríamos plaza) llamado “Juárez”.
Las grandes ventanas me permiten una hermosa vista: el parque y los frondosos árboles que lo adornan, la pinacoteca “Diego Rivera”y el Palacio Municipal; pero eso no es todo lo que hace bella esta tarde, a esto hay que sumarle la lluvia que cae constante y despacio, pareciera que las gotas no golpean a los transeúntes, más bien que los acaricia.
La gente, acostumbrada al fenómeno, abre tranquilamente sus paraguas, se dirige despacio a resguardarse bajo las ramas de un árbol o cerca de algún edificio, mientras que otros simplemente siguen su camino, porque aquí, a diferencia de lo que ocurre en otras ciudades, las lluvia no detiene el tiempo, la lluvia es simplemente un estado normal…
24 de agosto
16:25 horas
Ya leí el periódico, en todas las páginas se habla de una cosa: Sergio Pitol. Es increíble el cariño que le tienen los xalapeños, apreció evidentemente recíproco y que el autor menciona en cuanto tiene oportunidad: “(Xalapa) es el mejor lugar donde he podido vivir, es decir, el lugar donde mejor he podido escribir”
Pitol tiene una voz sobria y lenta un poco contradictoria con su cara amable y casi siempre sonriente (para comprobar esto último basta con ver sus fotos), pero tiene esa magia de los grandes escritores, sus palabras encantan a sus oyentes de manera tal que es imposible distraerse de ellas, va guiando las emociones de los lectores, de la misma manera que lo hace en sus libros.
De una manera un poco penosa pude saludar al maestro, pero no me siento orgullosa de ello, hubiera preferido mejores circunstancias, pero tampoco estoy en calidad de elegir. Hoy seguro será un gran día, una mesa de trabajo en la que estarán: Tebucchi, Vila-Matas, Villoro (de quien estoy secretamente enamorada), Carlos Monsiváis y Margo Glantz. Yo, debo confesarlo, tengo un especial interés en Tabucchi, más o menos de un año para acá he seguido sus libros y desde “Sostiene Pereira” no ha dejado de maravillarme.
En fin, espero contarles mañana -con toda la emoción de la que soy capaz- como estuvo el evento.
¡Saludos!

miércoles, agosto 23, 2006

"En la escalera de los sueños"

Pese a mi pesimismo de hace unos días las cosas han mejorado. Al fin encontré un lugar acogedor para vivir, es en casa de una chica que vive sola y estudia Lengua Inglesa en la UV.

El lugar es cómodo y confiable, y aunque yo sólo ocupo un cuarto puedo utilizar la cocina para hacerme de comer. Compartimos el baño y puedo ver tele con cable (cosa que no es importante para mí, pero para los xalapeños parece una necesidad básica), está cerca del centro; como a unas tres cuadras de las librerías, a una de una calle que me encanta, el “Callejón del Jesús te ampare”; a unas cinco del vips, que se ha convertido en mi lugar oficial de trabajo porque puedo conectarme a internet y lo cierran a altas horas de la madrugada (no como allá, que pa las 11 ya nos están corriendo). Estoy muy a gusto aquí por lo pronto, pero ya se verá, todo aquí es incertidumbre.

Lo bueno es que a partir del lunes por fin he podido dormir tranquila…

Me cuesta acoplarme porque las cosas acá son diferentes (¡y la gente se burla de mi acento norteño!), creo que Xalapa es muchos mundos, cuando vine en vacaciones me tocó conocer el más parecido al mío, pero ahora he visto de todo y eso me agrada, porque puedo escabullirme entre ellos sin que nadie se percate de mi presencia, aquí definitivamente me estoy convirtiendo en una observadora empírica.

No puedo quejarme, a excepción de la mesera del vips, la gente me ha tratado bien. Ayer conocí a unos chavos veracruzanos, uno de aquí de Xalapa y otro de Catemaco, tienen toda una teoría de cómo conquistar mujeres que se sorprenderían (no se preocupen, conmigo no les funcionó, yo suelo buscar lo esporádico jaja), pero después de pasar la tarde con ellos, una chica española y otro chico de no sé donde, añoraba un momento de soledad (chequen mis contradicciones, primero me siento sola y luego me abruma la compañía ash), así que estuve en el vips hasta casi las doce…

Valió la pena… La mariposa voló muchos kilómetros para visitar ventanas.

En fin, mañana empiezan los eventos del homenaje a Sergio Pitol, va a estar padrísimo, mañana le entregan un reconocimiento en el Museo de Antropología; el 24 (¡se van a morir de envidia!) va a estar con Tabucchi, Monsivais, Vila-Matas y Villoro, en una mesa redonda; el 25 va a presentar unas revistas, el 26 los autores que mencioné ¡van a firmar libros! (yo me quedé pobre, pero ya tengo mi libro de Tabucchi) y el 28 Pitol va a presentar los primeros libros de la colección “Biblioteca del Universitario”. Así que como ven, va a ser una semana muy padre -¡yo todavía no puedo creer que voy a conocer a Tabucchi!- porque estos eventos son por la Feria del Libro Universitario. Pero ya les contaré cómo estuvo todo.

Les mando un abrazo. Gracias por las buenas vibras, me han llegado hasta acá.

Pd. Sé que el nombre no tiene nada que ver, es un “chiste local”

martes, agosto 22, 2006

"Debajo del cielo, encima del mundo"

Hola, bienvenidos a mi blog!

Pues como ven, la tecnología me ha alcanzado y abrí este blog para contarles todos mis aventuras en esta "ciudad de las flores", espero que les guste...

Aquí un texto que escribí el domingo pasado:

Cierto, cambiar de ciudad es difícil, sobre todo cuando es un lugar (aunque amado) desconocido.

Me acuerdo mucho de mis primeros días en Saltillo, tardes enteras en casa de mi abuela, leyendo y pensando… la diferencia es que en ese entonces tenía dos contactos con la realidad: la escuela y mi familia materna. Y aunque aquí no falta quien se acerca de platicar, como un odontólogo que ayer me contaba del mundo editorial en esta ciudad o los meseros del restaurantito al que voy a desayunar, se siente una añoranza inevitable, las cosas serían un poco más fáciles si Paola se hubiera decido a venir conmigo, pero “nadie nos prometió un jardín de rosas” y siempre estuve conciente de esto. Es difícil empezar, pero sin duda todo esto tendrá pronto buenos resultados.

Por lo pronto ya localicé algunos periódicos y las secciones en las que, si me dan la oportunidad, podría publicar. Hay un suplemento cultural interesante en El Diario de Xalapa en donde uno de los consejeros es nada más y nada menos que José Emilio Pacheco. En el Grafico, otro de los periódicos, hay una sección hecha aparentemente por jóvenes en la que también se publican reseñas y textos literarios.

Pero primero lo primero, encontrar casa. Eso se ha puesto un poco difícil porque el lunes inician las clases en las universidades y los lugares económicos ya están ocupados, así que tendré que quedarme una noche más en el hotel para mañana (lunes) seguir buscando.

Extraño todo, hasta las cosas más inextrañables (jaja), pero todo es cuestión de tiempo y espero que en mi próxima entrada ya pueda contarles que encontré una linda recámara para mí solita =)

Muchos saludos a todos, espero pronto saber cómo van las cosas por allá. Mándenme todas sus buena vibras que seguramente llegarán a velocidad luz.

Hasta pronto!