martes, mayo 29, 2007

Cinco cosas que me obsesionan del café:

1. La cantidad exacta de azúcar y su perfecta dilución.

2. Que no esté fresco.

3. Que no tenga la cantidad precisa de lecha o crema y adquiera un extraño color entre verde y café.

4. Los residuos que se quedan en el fondo de la taza (a algunas personas les sirve para leer el destino, pero a mi no me sirve para nada).

5. Poder dejar de tomar después de la tercera taza.

lunes, mayo 28, 2007

Entre fantasmas

Sin querer, quizá, lo elegido todo así. He decidido vivir entre fantasmas que vienen a susurrarme sus historias al oído. He decidido vivir entre recuerdos, entre nombres tallados en una cripta, entre actas de defunciones, en la mente de una niña que vive en un pueblo en medio del desierto y que todo le impresiona.

He decidido vivir entre los cabellos blancos de mi abuela (cada uno contiene una historia), entre las pisadas de la gente en las calles (imaginando su destino), entre sonidos de ferrocarril y las cruces que enmarcan su camino.

Pero también decidí vivir entre otros fantasmas, entre nombres que desconozco, entre personas que se ocultan tras un anonimato que nunca entenderé, entre palabras que no voy a descubrir, entre historias que nunca conoceré completas, entre cariños incomprendidos, entre pasados que lastiman, entre apariciones furtivas, entre extrañas compañías, entre complicidades, entre las miradas que lo ven desde no sé qué distancia, entre nombres que me son familiares y que no.

He decidido vivir entre fantasmas y vivo, quizá, gracias a ellos...

miércoles, mayo 16, 2007

Buscando muertos

Empieza la época de más calor en el año, todavía es primavera y la temperatura asciende ya a los 40°, imposible salir así, aguardo en mi casa mientras el sol baja un poco y alrededor de las siete empiezo mis visitas.

En mi lista se encuentran parientes lejanos, tíos, abuelos, conocidos de mis amigos, todos los que tengan algo que decir, aunque sea una aportación pequeña, incluso la “no información” es motivo de atención, ayer lo comprobé, los fantasmas sólo han sido vistos al sur de la ciudad, al norte nada.

Visito archivos, las palabras se convierten sólo en eso, no hay gran diferencia entre “choque hipovolémico” o “traumatismo craneoencefálico”, ambas muertes me interesa porque se relacionan contres circunstancias: choque, atropellamiento por coche o por el tren.

Una vez ubicada la fecha, me dirijo al archivo a buscar la nota. El 40 por ciento de esas muertes efectivamente fueron causadas por el ferrocarril. Localizo parientes, conocidos, pregunto, caras que miran al suelo, no quieren recordar.

No importa los años que hayan pasado, nadie ha cuestionado, a nadie le quedó dudas, nadie se preguntó, “A los muertos hay que dejarlos en paz”, y siguieron esa eterna procesión de la Iglesia al panteón, bajo la mirada de todos los habitantes que se unían despacio, uno a uno, a las filas…

Mis tías, cuando les pregunto, ya sólo me saben decir: “ay hija, otra vez buscando muertos”. Recorro sus tumbas, recorro sus cruces, buscando una razón, una pista, una respuesta, algo en común, un hilo que me permita unir las piezas, unir cada una de esas cruces que adornan las vías del ferrocarril, bajo cuyo recuerdo se oculta mi infancia.

En mi habitación: notas, fotografías, fechas, nombres, números, edades, parece que nada coincide.

Pienso que si Martha Veliz viviera las cosas serían más fáciles, que tal vez con su ayuda… pero ya no está, me puso en el camino que ahora tengo que recorrer sola. Sigo hojeando notas periodísticas: un hombre bocabajo descansa sobre un charco de sangre, un montón de ropa en la que antes hubo alguien.

Nombres, fechas, lugares, edades, cruces, sonidos estridentes, ecos…

Continuará…

jueves, mayo 10, 2007

'Viajar, perder países' en homines.com

domingo, mayo 06, 2007

"Porque éramos amigos..."


Después de dos años de perdernos, encontrarnos y volvernos aprender, entendí que lo mejor es la ausencia, el silencio, vernos desde lejos para confirmar que estamos bien, guardar los recuerdos en una caja de cristal, de la que podemos hacer uso sin necesidad de abrirla, esparciendo su contenido por toda la casa (el presente).

Dar por terminado aquél juego de ajedrez, dejar de aniquilarnos. No más jaque mate, sólo la ausencia, la distancia, el silencio...


AJEDREZ

Porque éramos amigos y, a ratos, nos amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.

Pusimos un tablero enfrente de nosotros:
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.

Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.

Henos aquí hace un siglo, sentados, meditando
encarnizadamente
cómo dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre
, al otro.



Rosario Castellanos

jueves, mayo 03, 2007

...

No, no quiero consuelo, ni olvido, ni
esperanza.

Quiero valor para permanecer,
para no traicionar lo nuestro: el día
presente y esta luz con que se mira entero.

de 'Lívida Luz', Rosario Castellanos