martes, diciembre 30, 2008

Recuento 2008: saldo positivo

Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Juan Gelman

Esto de hacer balances y recuentos era antes una actividad casi de autotortura, pero desde hace un par de años se convirtió (como debe ser) en un momento de reflexión y de regocijo. Sobre todo porque me doy cuenta de mi crecimiento personal, de que todas las personas y los acontecimientos traen siempre consigo un gran aprendizaje.

Este año fue particularmente extraño y bueno. Hubo de todo: logros, romance, nuevos amigos, temblores, viajes, trabajo, reconciliaciones y despedidas.

Muchos proyectos encontraron en el 2008 su consolidación, sobre todo en lo laboral, y otros tantos serán heredados al año que está por comenzar.

Me quedo con muchas cosas que me dan fortalece para lo que viene, por ejemplo:

-Los recuerdos de un amor que no terminó bien, pero "fue bueno mientras duró".

-Con la amistad de APV un hombre al que admiro y quiero muchísimo.

-La certeza de que las personas no se van definitivamente, siempre queda algo por lo cual regresar.

-Que la vida está hecha de ciclos que tarde o temprano se cierran.

-La honestidad, un valor fundamental para cualquier tipo de relación.

-Este año me dejó muy buenas nuevas amistades, pero también me confirmó la importancia de ciertas personas que siempre han estado ahí. Su presencia en mi vida me ha salvado de más de un desconsuelo.

-Que lo mejor de una relación que termina es la satisfacción de haberlo dado todo, sin miedo y sin reservas.

-Que las alas a veces son sobrepuestas y no es difícil irnos con la finta de que alguien realmente sabe volar.

-Que todas las cosas llegan a su tiempo. Vivir sola y compartir esa experiencia con tres grandes personas me ha obligado a crecer en todos los sentidos.

-Que muchas de las cosas llegan de súbito, pero cuando son parte de un proceso te permite ir valorando cada paso (y no hacer tantas locuras).

-Siempre hay pretextos para viajar y cada lugar deja un aprendizaje. Xalapa, Villahermosa y Ciudad Juárez fueron los viajes de este año. En Xalapa cerré un círculo, en Tabasco viví una historia de amor y en Juárez descubrí el miedo.

-En los asuntos familiares, nada como ser un testigo con voto de calidad.

Entre tantas cosas también fue un año de altos vuelos, de crecimiento, de autoconocimiento, de retos, descubrimientos, de amor propio. Hoy, en el umbral del fin de año, espero el 2009 de frente, sin ocultarme detrás de nada, sin melodramas, sin estarme doliendo de ninguna herida. Espero el próximo año con una sonrisa, con toda las ganas y con toda la esperanza de que si el 2008 fue bueno, el que vine será mejor.

martes, diciembre 02, 2008

Blues

Más sal a la herida. Aquí un poeta de Villahermosa ¿casualidad? No, total premeditación, alevosía y ventaja...

Blues

No era necesaria una nueva acometida de la soledad
para que lo supiera.
Navegaba la mar por un rumbo desconocido para mis manos.
Donde el amor moró y tuvo reino
queda ya sólo un muro que avasalla la hierba.
Queda una hoja de papel no en blanco
donde está anocheciendo.
Donde goteaba luceros una noche
sobre unos hombros limpios como verdad mostrada,
sólo queda una brisa sin destino.
Donde una mujer fundara un beso,
sólo árboles postrados al invierno.

Y no era necesario decirlo.
El corazón sin que sea una lágrima
puede sombrear las mejillas.

La ventana da a la tristeza.
Apoyo los codos en el pasado y, sin mirar, tu ausencia
me penetra en el pecho para lamer mi corazón.

El aire es una mano que está hojeando mi frente.
Mi frente donde la luna es una inscripción,
una voz esculpiendo su olvido.

Como humo la luna se levanta
de entre las ruinas del atardecer.
Es muy temprano en ese azul sin rostro.
No era necesario enturbiar la soledad
con el polvo de un beso disuelto.
No era necesariomemorizar la noche en una lágrima.

Labios sobrecogidos de olvido,
pulsaciones de un oleaje de mar ya retirándose,
ruido de nobes que el otoño piensa.

Hay lápices en forma de tiempo, vasos de agua
donde el anochecer flota en silencio.
Hay una rama de árbol como un brazo esculpido
por algún abandono.

Hay miradas y cartas donde la noche
puso en marcha al vacío,
a las frentes que extinguen su remoto color
sobre letras que enlazan señales de viaje.

Aquí está la tarde.
Puede enrolarse en ella quien esté enamorado.
Aquí está la tarde para designar una ausencia.

Suena en mi pecho el mundo
como un árbol ganado por el viento.

No era necesaria la tarde, tampoco este cigarro cuyo humo
puede ser otra mano evaporándose.

Invernará la noche en mi pecho.
No era necesario saberlo.
No tiene importancia.
Espero una carta todavía no escrita
donde el olvido me nombre su heredero.

José Carlos Becerra

lunes, noviembre 24, 2008

Silencio
Absurdo e insoportable silencio

sábado, octubre 25, 2008

Mudanza I

He decidido mudar también de corazón y acampar de forma indefinida sólo en el mío. No se puede vivir así, no se le puede escribir sólo al viento, a alguien que mete las palabras en una botella y las lanza al mar.

Es difícil --siempre lo ha sido-- terminar de escribir la carta que siempre quise empezar. No se puede vivir de añoranza y de recuerdos, no se puede imaginar en lugar de vivir.
Es hora de reencontrarme con mi desierto y dejar de soñar con el mar.

lunes, octubre 20, 2008

'Algún día...'

Hoy. Un día extraño. Con muchas certezas, pero también muchas dudas. Una nueva yo a la que a veces se le aparecen los mismos fantasmas, de muchos se despide, pero a otros los deja permanecer. Un día extraño hoy. Me robé este fragmento de poema del blog de la srita. Melancolía (es de Gioconda Belli) y lo pongo aquí porque me dieron ganas de gritar que "algún día mis ojos encenderán luciérnagas":


Si.
Es verdad que a ratos estoy triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos
brotando entre mis huesos
y soy una infinita espiral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.

Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.

domingo, octubre 12, 2008

Detrás de la puerta

Recuerdas, abuelo, cuando me esperabas afuera de esa puerta roja, en el 317. Yo tenía cuatro años, corría apresurada desde la esquina y te veía ahí, detrás de ese barandal escarlata, sentado en tu vieja silla de madera. Yo te enseñaba mi muñeca favorita, repetía muchas veces su nombre y tú sonreías. Yo, en un reflejo extraño, siempre que veía tus pies descubría una nueva herida. Me explicabas que te habías cortado con una rama, mientras labrabas la tierra. Corría aterrorizada, buscaba gasas y alcohol, te curaba torpemente porque no soportaba verte herido. Tú te limitabas a mirarme, no hablabas, volvías a sonreír. Yo me esmeraba en dejarte limpios esos dedos ásperos que se asomaban por los huaraches que tú mismo hacías. Luego volvía a tu regazo, tomaba mi muñeca y te preguntaba cosas que no sabías responder. Al fondo de la casa una voz venía de tu vieja radio y oíamos sin escuchar, "qué era eso de morir, por qué decían que una familia murió en un accidente", tú decías que era porque se habían ido a un lugar y que no iban a regresar. Yo no entendía nada, abuelo, y seguía peinando mi muñeca y te repetía otra vez su nombre. Cómo iba a saber yo que, años más tarde, tú me enseñarías lo que era la muerte, ese día de noviembre en que todos lloraban detrás del barandal rojo. Llegué corriendo, como siempre, y no estabas más en tu silla de madera. Ahora estabas acostado en una caja extraña. Te miraba y parecía que sonreías, pero tú ya no me mirabas más. Ese día te fuiste, abuelo, y ya no ibas a regresar. A veces vuelvo a esa casa, pero la puerta ahora está cerrada, ya no estás más detrás de ese barandal y a mi todavía me parece escuchar la radio al final del pasillo y tu paso lento y pausado y el sonido de tu bastón, pero son sólo ecos, abuelo, y alguien ha pintado un número en la pared "129 50 01" y un día de estos ya no podré volver, abuelo. Porque el día en que moriste no pude curar tus heridas, estabas intacto, la herida esta vez era interna, yo no podía curarla. Por qué te fuiste, abuelo, y dejas que esta casa se vaya contigo, al lugar ese, del que no van a volver...


(un texto del año pasado para a un libro de Puertas de Monclova que quien sabe dónde quedó)

viernes, octubre 10, 2008

Túneles en Día siete

Muy contenta, entre otras cosas, por esto:





Gracias a todos los que contribuyeron para que sucediera y a los que me mandaron mensajitos porque saben lo importante que es para mi.
Esperen más noticias pronto…

Pd. Pueden checar el texto completo en
www.diasiete.com.

jueves, octubre 09, 2008

Apuntes

Reconocí alrededor de sus ojos las marcas de su infinita tristeza…

martes, septiembre 23, 2008

‘Nosotros, los de entonces’

“Nadie puede predecir el pasado
cuando ya quizás no somos los mismos,
cuando ya quizás hemos olvidado
el nombre de la calle
donde
alguna vez
pudimos
encontrarnos.”
Gioconda Belli

Era el mismo aniversario de esa vieja estación de radio. Era el mismo septiembre, la misma lluvia que recordamos tantas veces, incluso a destiempo.

Eran las mismas calles húmedas que cruzamos saltando después de un café. Era esa casa a la que siempre volvimos; la misma chamarra beige bajo la cual nos abrigamos, mientras la lluvia y la luz nos mojaban la cara.

Entonces éramos tú y yo y empezábamos a ser nosotros. Ya estábamos enamorados, ya sentíamos vibrar en la sangre ese amor desenfrenado que luego nos haría pedazos, a ti y a mi y, sobre todo, al nosotros que nunca entendimos.

Entonces nos mirábamos con toda la inocencia que se puede tener a los 18 años. Éramos estudiantes y tú me enseñabas a mirarte hasta por debajo de la lluvia.

Entonces era sábado y un taxi nos llevó a nuestro destino: hacer una promesa que no supimos cumplir.

Entonces tú eras la promesa, yo la esperanza. Yo estaba subida a un escalón y te abrazaba cuando dijiste las palabras que nos llevaron a la tumba, que nos obligaron a caminar tantas veces por esas calles, errantes, arrastrado un amor que no entendimos, que nos rebasó y nos empujó al abismo.

Entonces era septiembre y llovía, como hoy.

lunes, septiembre 08, 2008

Otra vez el huracán...

A un año y medio. Circunstancias similares. Diferentes personajes. Me vuelvo a sentir así:

"Y tú frenando el vuelo, cerrando la puerta, porque otra vez las circunstancias, otra vez a destiempo, otra vez el destino, otra vez la vida. Y yo cerrando los ojos para no ver cómo te marchas… Y despertar al día siguiente y que una lágrima se escape sin querer e imaginar que no todo terminó, que algún día puede ser… y esperar y callar" (enero 2007).

Y también así:

"Silenciosamente deseaba que se cumplieran los sueños de la primera noche y fugarnos, perdernos en el mar o en la montaña; pero he aprendido esperar y si lo he hecho durante tanto tiempo puedo hacerlo ahora.
"Esperar el vuelo permanente, el fin de este ir y venir del cielo a la tierra, preparándome para vuelos futuros, para el vuelo constante, para el día en que no tenga que volver a pisar la tierra" (enero, 2007).

domingo, septiembre 07, 2008

Me voy... pero dejo la puerta entreabierta.

jueves, septiembre 04, 2008

De esos poemas

Hay tres poemas que siempre se cruzan por mi camino en el momento justo, como si me estuvieran esperando.
Este que pego abajo -de don Rubén Bonifaz Nuño- es uno de ellos, no me lo puedo quitar de la cabeza desde hace días. Los otros dos: "Walking Around" de Pablo Neruda y "La canción de Amor de J. Alfred Prufrock" de T.S. Eliot.


Para los que llegan a las fiestas
ávidos de tiernas compañías,
y encuentran parejas impenetrables
y hermosas muchachas solas que dan miedo
-pues no uno sabe bailar, y es triste-:
los que se arrinconan con un vaso
de aguardiente oscuro y melancólico,
y odian hasta el fondo su miseria,
la envidia que sienten, los deseos:
para los que saben con amargura
que de la mujer que quieran les queda
nada más que un clavo fijo en la espalda
y algo tenue y acre, como el aroma
que guarda el revés de un guante olvidado;
para los que fueron invitados
una vez; aquellos que se pusieron
el menos gastado de sus dos trajes
y fueron puntuales; y en una puerta,
ya mucho después de entrados todos,
supieron que no se cumpliría
la cita y volvieron despreciándose;
para los que miran desde afuera,
de noche, las casas iluminadas,
y a veces quisieran estar adentro:
compartir con alguien mesa y cobijas
o vivir con hijos dichosos;
y luego comprenden que es necesario
hacer otras cosas, y que vale
mucho más sufrir que ser vencido;
para los que quieren mover el mundo
con su corazón solitario,
los que por las calles se fatigan
caminando, claros de pensamientos;
para los que pisan sus fracasos y siguen:
para los que sufren a conciencia
porque no serán consolados,
los que no tendrán, los que pueden escucharme:
para los que están armados, escribo.

lunes, septiembre 01, 2008

Nota al texto anterior

Anda, sabes que tengo pésima condición, todavía me puedes alcanzar...

domingo, agosto 31, 2008

Intento 3

Hoy tengo mi soledad de vuelta, mi desesperanza, mi silencio. Tengo dos huecos en el corazón.

Hoy tengo la sensación de haber salido corriendo, sin nadie detrás queriéndome alcanzar.

lunes, agosto 25, 2008

Intento 2

(Aqui un texto melodramático)

Hoy quiero decir basta... decir no más... dejar de sentir ese martillo golpeando mi corazón y mi espalda.

Quiero cerrar los ojos y olvidarlo todo. Quiero borrar todas lass historias, quedarme sólo con la mía. Quiero mi soledad de regreso, los sueños que sólo eran míos.

No quiero más ese sonido largo en el teléfono al final del cual no hay respuesta. No quiero kilómetros ni arenas ni mares ni desiertos.

Quiero mi soledad de vuelta, mi desesperanza. Quiero tirar los castillos que construimos, revelar la personalidad del asesino para que de una vez se acabe esta historia.

No quiero pensar en el futuro ni en promesas ni renuncias.

Quiero pensar que no es posible, que se acabó. Que no hay más que una esperanza aferrándose, como siempre, a una idea, a un 'cómo me gustaría que fueran las cosas'.

Sólo quiero mi silencio. Quiero que el tiempo se detenga al atardecer, en una cabaña frente a la cascada. Quiero cerrar los ojos lentamente, que se desvanezcan los tatuajes y poco a poco ir olvidando nuestra historia...

martes, agosto 12, 2008

Intento 1

Miro por la ventana una estrella (la tuya) que ilumina desde lo alto mi desnudez...

(Estoy intentando volver a escribir, aquí el primero. Todo se vale, el asunto es quitarle el óxido a mis palabras)

domingo, agosto 03, 2008

Notitas cursis de la palabra con “E” (cuarta parte, ¡al fin!)

Para Chris, como siempre


I

… y cuando yo me de por vencida
recuérdame que hay promesas que se pueden cumplir.

II

Ahora hay un nuevo centro que conecta el norte con el sur.

III

Oye, lánzate de una vez hacia el
abismo

lunes, junio 23, 2008

De 'El cielo Protector'

'vivía en un mundo iluminado por la luz distante de un posible milagro'

martes, junio 17, 2008

De una extraña manera

...la paz y la felicidad se han reunido en tus brazos

miércoles, mayo 21, 2008

milagro

En espera del milagro

del amor
de la esperanza
de la justicia
de Dios
del destino
de todos los santos
de la casualidad

...de quién sea, no importa, pero que llegue a tiempo.

lunes, mayo 05, 2008

Notitas cursis sobre la palabra con E (tercera parte)

Para Christian,
así, con todas sus letras

I
Que alguien corte los hilos invisibles que manejan mi vida de títere, que alguien los corte porque se empeñan en dejar inconclusas todas mis historias... Que alguien me diga dónde está la pieza que falta en mi rompecabezas, porque la he buscado en todos lados y he recorrido todos los caminos sin encontrarla.
II
Cambio todas mis historias por una sola, la más bella, la más buena, la verdadera.
Cambio todos mis pasados y todos mis futuros por su presente.
La vida a cambio de verme caminar --aunque sea por última vez-- por ese puente.
Cambio todos los labios por su beso, todos los sueños por un presente verdadero.
Cambio todos mis desierto por la arena de su mar, todos las palabras por las nueve letras de su nombre, todas las manos por su mano en la mía.
Cambio todos mis finales... por uno solo de sus principios.

domingo, mayo 04, 2008

Otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra vez otra otra vez

viernes, mayo 02, 2008

¿Discernir?


Que si soy periodista, que si soy escritora... quién sabe. Finalmente, todo se resume en una acción: contar historias.

domingo, abril 27, 2008

Notitas cursis sobre la palabra con E (Parte dos)

I
Entre la arena de mi desierto y la arena de tu mar, ya no sabemos cuál es cuál.
II
Vaya manera de reconocer los límites y aferrarse tiernamente a las líneas divisorias.
III
Mis mariposas andan vueltas locas: vuelan alrededor de mí, en mi habitación (y en la otra), en las calles, entre la lluvia, en el hospital y en el café. Siguen mis pasos, dejan su rastro por todas partes, van y vienen, suben, bajan, saltan de un lado a otro eufóricas. Se meten entre mis palabras, en los huecos, ocupan los silencios, los espacios en blanco. Y de revolotear tanto entorno a él, se han llenado de su aroma.
IV
Llegaste anunciando la lluvia del verano: "dejándote caer despacio y luego en aguacero" (Gioconda Belli)
V
Hoy ya no soy el puente, hoy soy yo la que lo cruza...
VI
'Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar...' (Julio Cortázar)

jueves, abril 24, 2008

Texto con dedicatoria

Para G, en estos días

Si hay una persona que sabe volar, sin y con rumbo, con alas o sin ellas, es G. En sus ojos (ojos de los antiguos abuelos) conocí la libertad, la ligereza de los pies y la fuerza de las alas.
Llegaba a la oficina en la que, en ese entonces, trabajaba. Se sentaba en cuclillas, ponía sus manos sobre el escritorio, y sobre éstas la barbilla, me miraba fijamente con esos ojos llenos de brillo, me escuchaba atentamente, cualquier cosa ameritaba toda su atención, mientras, dentro de su cabeza, saltaban por todos lados miles de preguntas a las que inmediatamente les daba una respuesta y luego soltaba unas cuentas frases atinadas, acordes, mientras me escuchaba.
Después nos hicimos cómplices y él me miraba de lejos, siempre con brillo, mientras un buen amigo leí versos de Pessoa en portugués o cuando yo seleccionaba algunas canciones de Silvio de fondo, mientras comíamos.
En esas oficinas ideamos miles de planes, nos cargamos de fuerzas para iniciar una lucha que nunca termina. Escuchamos pláticas de adultos borrachos y atravesamos las noches del centro, siempre volando.
Volamos en las calles del DF. Volamos entre la euforia de la gente. Sentados fuera de Bellas Artes, mientras platicamos -volando- con esa niña, Perla, que volando iba de un lado a otro tratando de vender sus rosas. Volando cruzamos el Zócalo y volamos alto en el camino de regreso. Volamos viendo el amanecer y nos dejamos caer al precipicio "con la seguridad de que nunca caeríamos al suelo".
Volamos en las charlas de madrugada, volando nos hicimos compañía. Volando siempre estuvimos cerca. Volando escribimos. Volando tomamos café. Volando, siempre volando...

domingo, abril 20, 2008

Notitas cursis sobre la palabra con E (Primera de, espero que, muchas partes)

I
No, yo no sé como se llama. Yo no sé si es la palabra con E que tanto miedo da pronunciar. No sé cómo se llama, pero sé, eso sí, que siente bonito. No sé como se llama, pero me gusta imaginar que es real.
II
¿Cuándo fue la última vez que sentí esa magia? Tal vez fue un día de diciembre antes de volar a sur. Sedada por el movimiento de las nubes me perdí en unos ojos que lo dijeron para mí --con la advertencia de que sería la última vez.
III
Yo no sé cómo se llama, pero las mariposas en el estómago, lo de los relojes y el tiempo, las sonrisas bobas y las extrañas necesidades ya no me parecen una estupidez.
IV
Ya sé que no existen los príncipes azules, pero los superhéroes sí. Yo conozco uno.

jueves, abril 17, 2008

"Soy feliz. Me han sacado del mundo"
Héctor Viel Temperley


Hace mucho, mucho tiempo que no me sentía tan bien, pero la maldición ya me alcanzó... Ahora no puedo decidir qué prefiero... Mientras alguien decide por mí iré a vivir esto, a ver qué resulta...

"defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas del azar
y también de la alegría"
Mario Benedetti

lunes, abril 14, 2008

Hoy quiero decir(te)...

Me dice un amigo que cuando se está feliz no dan ganas de escribir porque nos dedicamos a vivir esa felicidad y no a intentar explicarla, como se hace con el dolor, quizá, o con la soledad. Y pues yo estoy aquí, tratando de romper con esa maldición...


Pd. medio remodelada, pero con eufórico impulso por escribir... Es que otra vez no pude esperar.


Hoy quiero decir(te)...


Para CC, otra vez

Hoy tengo una extraña necesidad de decirte que estos días contigo, pese a los pronósticos --¿cómo me gusta decir esa frase, verdad?--, son una confirmación de que nunca sabremos cómo ni quién ni cuándo ni dónde. Tu presencia en mi vida la vuelve tan mágica, tan fuera de ciertos alcances, tan impredecible. Una historia en la que cambia la trama a la vuelta de cualquier página.


Hoy quiero decirte que me da las herramientas para afirmar que todo pasa, que todo fluye, que quienes me lo repitieron tantas veces tenían razón. Que hoy tú llenas mi vida de tranquilidad y de calma, que las cosas se ven distintas por todos lados: encuentro, entre el cielo y la tierra, la altura perfecta a la que puedo volar. Me has ayudado a entender que el pasado pertenece a alguien que ya no existe, que puedo ser la yo que siempre quise ser. Me has enseñado a reutilizar los sentidos: olor, tocar, oír de modo distinto; a volar con los pies, a sentir la música hasta por los poros, a bailar en plena calle, sin pudor.


De qué extraño mundo saliste, quién está detrás. Cómo apareciste en el momento justo, el día preciso, con las palabras exactas que necesitaba escuchar. Dime de dónde salieron tus besos, quién los construyó para mí, cómo es que en tus ojos veo tanta esperanza. Dime a dónde fue a parar el miedo, qué hiciste con él, lo guardaste acaso debajo de tu abrazo, lo deshiciste con tus manos tan echas para las caricias. Por qué buscando el amanecer di contigo, cómo es que me haces sentir tan yo, tan completa, perfectible, pero con nuevos ánimos para recorrer todos los caminos y alcanzar todas las metas.



Sólo me queda pedirte que no dejes de susurrarme al odio ni de sorprenderme con una caricia ni de abrazarme tan fuerte ni recordarme todos los días lo lindo que resulta, otra vez, aprender a volar...

domingo, abril 13, 2008

Paréntesis

Resulta que mi remodelación todavía no está lista, pero no podía dejar pasar un día más sin publicar este texto. Aquí se los dejo. Se respiran nuevos y bellos aires por acá...

Después de la tormenta...

Para CC
Que bien se siente la espera cuando la ausencia no significa engaño. Que bien se sienten las cosas buenas: descaradamente auténticas, irremediablemente ciertas; las miradas que ya no son de despedida.

Que bien se siente cambiar la compañía por la soledad y luego viceversa, tener la piel tersa para las caricias, los labios limpios para los besos, las manos llenas de cosas que compartir, los brazos fuertes para estrechar otro cuerpo.

Los tatuajes son pretextos para nuevas caricias. Los ojos ya no se cierran, ahora
miran y hablan. Ahora tengo mensajes que me despiertan de las pesadillas, motivos para sonreír a la mitad de la fila del banco, un interlocutor con quien soñar, un compañero de viajes, un deseo renovado por conquistar el desierto, por definirlo, por pararme en medio de él gritando y que los viejos recuerdos se estrellen en las montañas, que se desangren entre las plantas con espinas.

Hoy mis mariposas aletean de un lado otro, se expanden en todos los lugares: un coche, una casa, un pueblo al sur de la ciudad. Vuelan y acarician y se dejan abrazar y respiran nuevos perfumes y se hunden en una mirada y dejan que pase el tiempo y que el reloj se detenga y que siempre sean las nueva y media...

El miedo se disipa poco a poco, lo vamos dejando detrás de nuestro caminar pausado, lo callamos con nuestras pláticas, lo exprimimos entre nuestro abrazo, lo perdemos de vista cuando vemos, a lo lejos, las luces de una nueva ciudad.

sábado, marzo 29, 2008

En remodelación

lunes, marzo 24, 2008

Mis recuerdos son vagabundos (iii)

Me gusta mucho viajar al pasado, me gusta reconstruir cada ambiente, cada paisaje, las sensaciones, los olores. A veces me parece increíble cómo puedo tener tan claros algunos recuerdos de mi infancia, tal vez por eso, porque los he repasado una y otra vez. A veces leo ciertos textos, recuerdo las sensaciones, recuerdo lo que pasaba por mi mente y lo que no escribí. A veces, a través de los trazos toscos siento toda la desesperación, el coraje o la impotencia y la tranquilidad de una redacción pausada y suave.

Ayer --debo confesarlo-- me dio por reconstruir ciertas cosas, por explicar ciertos huecos de mi historia y aunque sí, algunas cosas fueron algo difíciles, confieso que he salido conforme y bien librada. Me siento contenta al descubrir que jamás perdí la esperanza, que cuando más oscuro parecía el paisaje siempre aparecía una lucecita a la que podía aferrarme y salir. Pude sentir mi transformación y que todo lo que ha pasado no ha sido en vano, que no fue un sueño del que de pronto desperté, no, sé que todo fue un proceso y lo que soy ahora lo he ido construyendo poco a poco. Ahora sé cómo se formaron poco a poco mis alas, pero también la altura a la que pueden volar...

miércoles, marzo 19, 2008

Del baúl de los recuerdos

Este texto lo escribí por octubre del año pasado, lo tenía en un blog secreto que utilizaba para exorcizar mis demonios, hoy lo encontré y me gustó como para sacarlo del olvido y ponerlo aquí con algunas modificaciones:

¿Alguien recuerda dónde empezó todo?

Empezó quizá en el encuentro en la infoteca con un chico delgado y de pelo chino, que se tuvo que ir corriendo porque tenía examen, o antes, cuando un amigo suyo nos presentó, o después cuando el pay de limón y la canción ("corazón, corazón en fuga") sonando toda la noche...


O tal vez cuando, recién llegué a Saltillo y me metía toda la tarde en la biblioteca de la Alameda, leía la revista de la Universidad de México, luego regresaba a casa sola, caminando y me encerraba en mi cuarto para tratar de entender aquel mundo se me iba mostrando lentamente.


Quizá cuando veía en el librero de mi papá un libro que me aterraba, llamado "Metamorfosis".


Tal vez cuando me encerraba en mi cuarto leyendo historias de niños gringos que venían en los Libros Selectos (de Selecciones) de mi papá.


O inició cuando las cronopias y yo leímos "Demian" y teníamos discusiones al respecto, sobre el mundo que se rompía, sobre el que empezábamos a construir.


Quizá fue en esa calle del centro, la mirada de un chico cruzando varias veces con la mía. Tal vez fue esa noche en el parque, mientras él me cantaba esa canción --"mariposas, mariposas, que emergieron de lo oscuro"--, cuando poco a poco la fui desmenuzando hasta hacerla tan mía, que ahora llevo dos mariposas en la espalda.


Tal vez fue cuando, asomada por la ventana de un segundo piso, veía a una mariposa volar sobre la basura y sentirme así, igualito...


No, quizá fue antes. Tal vez fue mientras miraba en el desierto el primer amanecer.

lunes, marzo 10, 2008


Siempre me enamoro de la persona equivocada. Del que en el primer beso ya se está despidiendo. Del que mira otros ojos y sólo a veces desvía un poco la mirada. Me enamoro de mi secuestrador y de mi verdugo, el mismo día de la condena. Me enamoro de las aves pasajeras, de las hojas que sólo siguen el curso del viento. Suelo enamorarme también del árbol más grande, del que está justo en el centro de la selva. Me enamoro de la sonrisa silenciosa que me acompaña mientras subo las montañas entre la niebla, porque no importan las veces me lo pida, sabemos de antemano que no me puedo quedar. Me enamoro de una voz en la distancia que llora todas las noches y luego ríe cuando termina de leerme sus textos. Del que me pide una razón para verme, aunque los dos sepamos que ese encuentro nunca va a llegar. Me enamoro de los motivos que encuentro para enamorarme. Me enamoro de un tatuaje pintado en el pecho. Me enamoro de los sueños y de las ideas...
A veces parece que lo hice bien, que esta vez hice una buena elección, pero no pasa mucho tiempo sin que vuelva a darme de cuenta que no, que otra vez era la persona equivocada...
__________________________________

P.d.
auch prometo terminar pronto con mi ciclo de las enumeraciones

sábado, marzo 08, 2008

No estarás solo...

Para mi gran amigo J
Yo debería estar avanzando en sentido contrario... yo debí correr contigo cuando me avisaste todo, pero debía ir a trabajar, dijo mi madre. Y yo no dejo de pensar que yo debería estar ahí, como tú has estado, en cada golpe, en cada caída, en cada pérdida (menos definitiva). Ahora sólo puedo hablarte y quedarme tranquila al sentirte tranquilo, aunque en el fondo no deje de pensar que yo debía estar ahí, atravesar el desierto en sentido contrario...
Yo debería estar ahí para inventarle otro final a la historia, para plantear todas las estrategias, todas las soluciones y encontrar la mejor, la más apropiada y aferrarnos a ella y reínos de ella, de ella y de la estupidez del mundo, reínos siempre, sin parar hasta que yo tenga sueño y quiera irme a dormir y quedarme cinco minutos que se vuelven horas...

...quisiera tanto poder prestarte mis alas para que te lleven a un lugar lejano donde el dolor no se sienta, que te lleven lejos, muy lejos para que puedas atravesar el cielo y poder verlo a él, sonriendo, a lo lejos. Quiero que mis alas te cubran todo el cuerpo para que nunca sientas miedo ni soledad ni tristeza.
Quiero que mis alas te lleven lo más alto posible para que sientas la brisa en la cara y toda la felicidad que una persona pueda ser capaz de sentir... pero ahora sólo tengo un abrazo acá, oculto, unas palabras que no me salen de la garganta, porque puedo sentir tu dolor e imaginarme las mil y un cosas que estarás pensando, las cosas que se te han de ocurrir, así como eres, tan tú...

Yo sí pienso, debo confesarlo, que el mundo es una estupidez, una injusticia, porque las personas tan buenas como tú no deberían sentir dolor ni tristeza, sus caminos deberías estar forrados de hojas o de nubes para que cuando caigan, las hojas o las nubes amortigüen el dolor...

Yo no sé qué se dice en estos momentos, ni quiero saber, yo sólo quiero darle un abrazo a mi mejor amigo, un abrazo fuerte para volar con mis alas y llevarlo lejos, a lo alto, desde donde todo parece una broma de mal gusto... Hay que inventar nuestra historia, amigo, hay que cambiar lo finales --nosotros somos expertos en eso-- hay que hacer que la historia continúe durante cientos de conversaciones de msn.
Quiero verte siempre sonreír y que tu sonrisa nunca se apague, porque tú le has puesto humor a mi vida, la has llenado de personajes, has hecho de mi vida una historia, le has dado cientos de motivo para reír, cómo puedo hacer yo lo mismo ahora, cómo puedo darte en un abrazo todo el bienestar y la paz que necesites...

Yo, ahora, sólo quiero que sepas que nunca estarás solo, que siempre estaré contigo cuando quieras equivocarte, cuando quieras caerte y necesites que alguien te ayude a levantarte o que te acompañe a mirar el cielo tirados en el suelo, cuando necesites gritar fuerte a la de 3, cuando quieras preguntar cosas, así nomás, por las ganas de preguntar, o cuando de pronto tiemble, cuando se mueva el piso y necesites que alguien juegue contigo al equilibrista o cuando estés harto de todo y necesites a alguien que te ayude a abrir el paracaídas...


No estarás sola,
siempre habrá quien se parta en dos en cada despedida,
quien te de aliento cuando te des por vencida.
I. S.

jueves, marzo 06, 2008

Aquí termina todo



A todas partes
vamos a no volver.
Estamos por vez última
en dondequiera.
José Emilio Pacheco

Horas. Estoy sólo algunas horas de partir. Sin darme cuenta mi vida se ha convertido en una permanente despedida. Ayer después de ir, al fin, a recoger mis cosas, sentí cómo perdí de pronto el suelo. Alguien, ajeno a mi, había decidido que ahí terminaba todo y para avisarme me envió un temblor. Tuve que regresar al hotel y recostarme mientras pasaba todo. Lo supe en mitad del sueño. Aquí termina todo. Me lo dijo una edecán que anunciaba en el televisión un extraño producto. Aquí termina todo. Lo supe porque me duelen terriblemente las piernas, me duele cada paso, cada flexión, pero no dejo de caminar, de subir y bajar escalones, de respirar cada aroma de cada rincón, quiero llevarme todo, quiero llevarme a Xalapa en todos los sentidos. Porque aquí termina todo. Me lo dijo un extraño que quería dibujar mi rostro. Los supe mientras hacía las maletas y lloraba, de cansancio, de desesperación, de desconsuelo. Me lo dijo este sol que pinta de colores brillantes las casas que ayer estaban sumergidas en la neblina. Aquí acabó todo. Me lo dijo la madrugada a través de una voz ronca y lejana. Aquí acabó todo, todo. Lo único que queda son nuevas ciudades por conquistar.

miércoles, marzo 05, 2008

Encuentro una parte de mí en cada rincón iii


1.Todos los ojos miran unos ojos que no miran…



2.Yo miraba todos los ojos sin saber que unos ojos me miraban a mí.



3.Qué cosas piensas que siempre tienes esa sonrisa que me llenó de calor mientras --entre la niebla-- buscábamos un pueblo oculto en la montaña.


4.Debiste venir conmigo. Debiste venir para darme a probar el sabor a sal de tus palabras. Debiste venir para escucharte con los ojos bien abiertos. Debiste venir para no soñar con la publicidad de la televisión que dejo prendida para ahuyentar el silencio. Debiste venir y no tener que prender el altavoz del teléfono para llenar con tu voz– de madrugada, en tu cumpleaños—las habitaciones de todos los hoteles. Debiste venir para obedecerte despacio cuando –a contraluz—me pidieras que me quitara el vestido. Debiste venir para enredarme primero con tu bufanda y luego en tu cuerpo. Debiste venir para no tener que preguntarme durante todo el día y toda la noche ¿por qué yo? o, mejor dicho, ¿por qué yo no? Insisto. Debiste venir conmigo. Para que nunca supiera que eres un sueño más que lejano. Debiste venía conmigo para sentarnos al borde de un precipicio y lanzarnos los dos al abismo. Eso tenemos en común: yo deseo el vuelo, tú la caída.

martes, marzo 04, 2008

Encuentro una parte de mì en cada rincón ii (notas sueltas)



1. Bajo la lluvia de Veracruz. Ahí, frente al mismo faro, despedacé los recuerdos y me deshice de los restos de amor que quedaban.

2. Claro que me acordé de ti al pasar por Coatepec. Recordé que volveríamos para casarnos. Y aunque ayer volví sola (y el resto de la historia ya lo sabemos) vi todo como si fuera parte de un tiempo muy lejano. Muy lindo y doloroso, pero pasado, al fin...

3. Sola, en medio del calor húmedo de la selva, del silencio verde de la selva, perdida, fui guiada por el sonido de una cascada.

4. Xalpa de noche: el aire me pega de golpe en la cara: un recorrido turístico por Xalapa, en moto.

5. Con qué fuerza me pediste que no me fuera.

domingo, marzo 02, 2008

Encuentro una parte de mí en cada rincón I

Encuentro una parte de mí en cada rincón de cada calle… Voy metiéndome entre la gente, paso desapercibida. Me pierdo y me vuelvo a encontrar. Me encantan los balcones de las casas, las macetas, sus colores vivos, los callejones. Me tengo que llevar de regreso esa ligereza al caminar, la felicidad que me da volver a respirar este aire, la tranquilidad y la paz que siento cada vez que piso estas calles, pero sobre todo la fuerza de no darme por vencida y subir –de un solo golpe-- hasta el último escalón…

martes, febrero 26, 2008

Volver


"pero el viajero que huye,

tarde o temprano detiene su andar"



Y que me voy a Xalapa. Sensación agridulce. Miedo y euforia. Dispuesta a dejarme sorprender. Voy a recoger la parte de mi que dejé con la promesa de que volvería. Ya les contaré los hallazgos.

jueves, febrero 21, 2008

Otro de esos textos



Me gustan los días como ayer en que puedo caminar por las calles del centro pese al frío. Me encantan las noches de neblina con pocos transeúntes en las banquetas. Me gusta sentir esa liberad de tomar cualquier rumbo, de decidir, las repuestas a las preguntas que en el pasado no quise hacer, la luz de los coches y el sonido de las llantas en el asfalto. Me gusta no apurarme y, aún así, no perder el autobús, planear viajes, realizarlos.
Me gusta enterarme de cosas que, aparentemente podrían tumbarme, pero que al final me liberan y me hacen más fuerte, los adioses definitivos, el punto final de las historias. Me gusta empezar un nuevo libro y no tener la más mínima idea de lo que ocurriría en el segundo párrafo.
Me gusta la incertidumbre, la disfruto, mi trabajo que me da la oportunidad de hacer muchas cosas, que mi grupo de amigos sea reducido. Me gusta pasar las tardes en un café o las noches recorriendo la ciudad, visitar viejos lugares con viejas personas. Me gusta vestirme de rojo y pintarme muchas veces el cabello, la libertad, el aire en la cara. Me gusta mi vida y sus posibilidades, los aprendizajes diarios, lo que tuvo que pasar para llegar a esto...


Foto: Manuel Álvarez Bravo, La buena fama durmiendo

sábado, febrero 09, 2008

Soy

Acabo de cumplir 24 años, hace una semana, y debo confesar que tengo un poco de miedo. Miedo porque a esta edad me imaginaba diferente, no mejor ni peor, sólo diferente.

Veo hacia atrás --no puedo evitarlo-- pienso en el 2005 y en los días con la cabeza hundida, en que era incapaz de mirar hacia al frente. Pienso en cómo vi desfilar frente a mi un montón de oportunidades que desperdicié. Y aunque ya esa tristeza no vuelve con los recuerdos, no puedo evitar sentir escalofríos.

Después el viaje a Xalapa, los descubrimientos, la fortaleza que me dio vivir sola-sola, los viajes interiores y las ganas de dejar de huir y enfrentar de una vez al mundo.

Este año quiero cerrar todos los ciclos. Ya volvía al periódico ese, en el que tanto padecí, me sentí fuerte volando otra vez por esos pasillos. En semana santa espero volver a Xalapa, recuperar la mitad de mi que dejé ahí abandonada.

Y aunque este cumpleaños lo pasé sola (bueno, ni tanto), no me torturé pensando en por qué ese "alguien" no estuvo ahí. Me senti feliz por todos los descubrimientos, por cumplir un año con mi revista, por haber hecho todo eso sola-sola.

Esta vez me siento fuerte, ya no añoro el pasado, ya no me interesa que él vuelva, no quiero a alguien a mi lado que no sea capaz de amarme bien, todo, sin querer cambiarme, sin traicionarme, auténticamente. Y no tengo prisa de que llegue.

Hoy vuelo por encima del desierto, cumplo mis sueños, el asiento a mi lado lo ocupa mi oficina móvil, viajo, río, vuelvo, vivo, soy, después de tanto...

lunes, febrero 04, 2008

Qué me quedó de ti (el regreso)

Total, regreso. Intenté escribir en dos blogs y no ha funcionado, así que regreso a esta vieja casa, le he cambiado la pintura, el fondo. Tal vez inició con un objetivo olvidado, pero se ha convertido en cómplice de todas mis historias.
Y como regreso les regalo este textito reciente.

Qué me quedó de ti...
El recuerdo de una noche blanca. Una frase detrás de un cuadro, otro cuadro que al final no nos robamos. Un gusto renovado por el tequila. Las risas en mitad de una fiesta, los ojos que nos miraban extrañados. El caminar de puntitas por los pasillos. La imagen de un adorno de brujas. Escaparnos a la azotea que no nos gustó. Asomarnos por las ventanas. Las risas estrepitosas, las ahogadas. Los susurros de tu voz cansada. Los pretextos, las advertencias. El sabor a sal de tus palabras. Los proyectos, la energía, los planes. Los mensajes en celular al día siguiente. La pasión que me contagiaste desde que te vi. Las palabras que ya se me olvidaron y las que recuerdo todavía. Los poemas que te sabes de memoria. Los secretos que te conté. Las ganas de dormir en el desierto. La extraña sensación de haber alcanzado un sueño. La necesidad de salir a caminar, en pleno mediodía, para escribir, mentalmente, este texto y transcribirlo ahora, mientras recorro el mismo desierto, esta vez en sentido contrario.