Esto de hacer balances y recuentos era antes una actividad casi de autotortura, pero desde hace un par de años se convirtió (como debe ser) en un momento de reflexión y de regocijo. Sobre todo porque me doy cuenta de mi crecimiento personal, de que todas las personas y los acontecimientos traen siempre consigo un gran aprendizaje.
Este año fue particularmente extraño y bueno. Hubo de todo: logros, romance, nuevos amigos, temblores, viajes, trabajo, reconciliaciones y despedidas.
Muchos proyectos encontraron en el 2008 su consolidación, sobre todo en lo laboral, y otros tantos serán heredados al año que está por comenzar.
Me quedo con muchas cosas que me dan fortalece para lo que viene, por ejemplo:
-Los recuerdos de un amor que no terminó bien, pero "fue bueno mientras duró".
-Con la amistad de APV un hombre al que admiro y quiero muchísimo.
-La certeza de que las personas no se van definitivamente, siempre queda algo por lo cual regresar.
-Que la vida está hecha de ciclos que tarde o temprano se cierran.
-La honestidad, un valor fundamental para cualquier tipo de relación.
-Este año me dejó muy buenas nuevas amistades, pero también me confirmó la importancia de ciertas personas que siempre han estado ahí. Su presencia en mi vida me ha salvado de más de un desconsuelo.
-Que lo mejor de una relación que termina es la satisfacción de haberlo dado todo, sin miedo y sin reservas.
-Que las alas a veces son sobrepuestas y no es difícil irnos con la finta de que alguien realmente sabe volar.
-Que todas las cosas llegan a su tiempo. Vivir sola y compartir esa experiencia con tres grandes personas me ha obligado a crecer en todos los sentidos.
-Que muchas de las cosas llegan de súbito, pero cuando son parte de un proceso te permite ir valorando cada paso (y no hacer tantas locuras).
-Siempre hay pretextos para viajar y cada lugar deja un aprendizaje. Xalapa, Villahermosa y Ciudad Juárez fueron los viajes de este año. En Xalapa cerré un círculo, en Tabasco viví una historia de amor y en Juárez descubrí el miedo.
-En los asuntos familiares, nada como ser un testigo con voto de calidad.
Entre tantas cosas también fue un año de altos vuelos, de crecimiento, de autoconocimiento, de retos, descubrimientos, de amor propio. Hoy, en el umbral del fin de año, espero el 2009 de frente, sin ocultarme detrás de nada, sin melodramas, sin estarme doliendo de ninguna herida. Espero el próximo año con una sonrisa, con toda las ganas y con toda la esperanza de que si el 2008 fue bueno, el que vine será mejor.