jueves, agosto 24, 2006

Niebla


“La niebla de la vida rezuma un
dulce aburrimiento, licor agriduce”
Miguel de Unamuno
24 de agosto
00:35 horas
Aquí estoy intentando escribir. Hace un momento, mientras caminaba a casa entre la neblina, observaba cómo los colores brillantes de las calles y las iglesias se convertían en hermosos tonos pastel, una bella imagen de Xalapa que, aunque característica, no conocía. La neblina trajo también un olor oculto a flores y rocío, que la cotidianeidad y la luz del día, reservan sólo para los caminantes noctámbulos.

Pensé que el tema de esta otra Xalapa, era bueno para el blog y se me ocurrieron muchas cosas, pero después de llegar a casa y leer un mail certero y directo al corazón, me he quedado sin palabras… Contrario a lo que muchos se imaginan no se trata de un mala noticia ni de una desilusión, sólo es una pregunta difícil de responder, lejos de la superficialidad que a veces pueden tener las emociones, esta sencilla pregunta me ha sumergido en un baúl desordenado y oscuro: “mi interior”
La pregunta tal vez no me hubiera provocado tanta angustia en otro contexto, y quizá allá podría ser contestada, aunque sólo que de manera parcial e indefinida, acá es diferente, acá parece que todo empieza de nuevo… Urge una respuesta definitiva e impostergable…

24 de agosto
13:53 horas
Después de pensar mucho por la noche, llegué a una conclusión: debo cambiar de lugar de trabajo. La primera opción es obvia, una biblioteca, la elegida se llama “Carlos Fuentes” y está justo frente a un lindo parque (que nosotros llamaríamos plaza) llamado “Juárez”.
Las grandes ventanas me permiten una hermosa vista: el parque y los frondosos árboles que lo adornan, la pinacoteca “Diego Rivera”y el Palacio Municipal; pero eso no es todo lo que hace bella esta tarde, a esto hay que sumarle la lluvia que cae constante y despacio, pareciera que las gotas no golpean a los transeúntes, más bien que los acaricia.
La gente, acostumbrada al fenómeno, abre tranquilamente sus paraguas, se dirige despacio a resguardarse bajo las ramas de un árbol o cerca de algún edificio, mientras que otros simplemente siguen su camino, porque aquí, a diferencia de lo que ocurre en otras ciudades, las lluvia no detiene el tiempo, la lluvia es simplemente un estado normal…
24 de agosto
16:25 horas
Ya leí el periódico, en todas las páginas se habla de una cosa: Sergio Pitol. Es increíble el cariño que le tienen los xalapeños, apreció evidentemente recíproco y que el autor menciona en cuanto tiene oportunidad: “(Xalapa) es el mejor lugar donde he podido vivir, es decir, el lugar donde mejor he podido escribir”
Pitol tiene una voz sobria y lenta un poco contradictoria con su cara amable y casi siempre sonriente (para comprobar esto último basta con ver sus fotos), pero tiene esa magia de los grandes escritores, sus palabras encantan a sus oyentes de manera tal que es imposible distraerse de ellas, va guiando las emociones de los lectores, de la misma manera que lo hace en sus libros.
De una manera un poco penosa pude saludar al maestro, pero no me siento orgullosa de ello, hubiera preferido mejores circunstancias, pero tampoco estoy en calidad de elegir. Hoy seguro será un gran día, una mesa de trabajo en la que estarán: Tebucchi, Vila-Matas, Villoro (de quien estoy secretamente enamorada), Carlos Monsiváis y Margo Glantz. Yo, debo confesarlo, tengo un especial interés en Tabucchi, más o menos de un año para acá he seguido sus libros y desde “Sostiene Pereira” no ha dejado de maravillarme.
En fin, espero contarles mañana -con toda la emoción de la que soy capaz- como estuvo el evento.
¡Saludos!

8 Comments:

Anónimo said...

Pues envuelta en el anonimato de las multitudes, hubo una escritora fantàstica (genial, quiero decir) en ese evento que usted dijo: la morenita.
No puedo evitar el comentario sobre lo limpia y profunda e intensa prosa con que escribe estas entradas (sobre todo esta ùltima), y no puedo esperar para leer el libro que vendrá desde esas tierras.
No hay mejor estado –literariamente hablando, eh?– que la desnudez y la transparencia de las vestiduras, y eso es algo que sus textos tienen y que brilla –verdaderamente: brilla– por su afortunada ausencia. Besos de felicidad de su lector y fan-nùmero-uno.
"Escribir es no volver la vista y preguntar '¿Voy bien?'. Preguntarle a quièn?, ir bien a dònde? Ir bien a Londres? Ya saliò el tren. El tren de trenes como el rey de reyes", dice Eduardo Milán. No sè por què lo recordè, pero parece que nunca està de màs citar a un escritor fantàstico.
Besos. Amor. Y lluvia en sus alitas impermeables

tu Miquel

Anónimo said...

No tiene comentarios, lero leroo, ya pasó de moda =P

Se antoja el clima que describes... por otro lado, las respuestas definitivas e impostergables me dan miedo... recuerdo que cuando conociste a tu master de periodismo [Tomás Eloy, pa los que no sabían] dijiste algo parecido “me hubiera gustado que fuera en mejores circunstancias” y, supongo que eso pasa con los encuentros idealizados, uno termina deseando que “hubiera sido” más parecido a lo imaginado; a mi me pasó lo contrario, yendo a un encuentro sin grandes expectativas y con mucha suerte todo termino por ser ideal... y, bueno, empiezo a divagar, mejor te deseo de una vez que mañana todo vaya bien con tus actividades culturales del día... abrazo.

P.D. Si escribes así con fecha y hora parece una verdadera bitácora :D.

P.D. ¿Te quejabas de no tener comentario?, pues ahora aquí tienes uno kilométrico =P

P.D. Y hasta con tres posdatas =P Te quiero mucho, Flaquita.

Anónimo said...

Viernes 25 de agosto
3 peeme.


Pues envuelta en el anonimato de las multitudes, hubo una escritora fantàstica (genial, quiero decir) en ese evento que usted dijo: la morenita.
No puedo evitar el comentario sobre lo limpia y profunda e intensa prosa con que escribe estas entradas (sobre todo esta ùltima), y no puedo esperar para leer el libro que vendrá desde esas tierras.
No hay mejor estado –literariamente hablando, eh?– que la desnudez y la transparencia de las vestiduras, y eso es algo que sus textos tienen y que brilla –verdaderamente: brilla– por su afortunada ausencia (de vestiduras y opacidades). Besos de felicidad de su lector y fan-nùmero-uno.
"Escribir es no volver la vista y preguntar '¿Voy bien?'. Preguntarle a quièn?, ir bien a dònde? Ir bien a Londres? Ya saliò el tren. El tren de trenes como el rey de reyes", dice Eduardo Milán. No sè por què lo recordè, pero parece que nunca està de màs citar a escritores fantàsticos como usted.
Besos. Amor. Y lluvia en sus alitas impermeables

tu Miquel

Anónimo said...

Oh, y cuando Jesé pase por aquí tendré que decirle que "esto me recordó a Niebla de Unamuno" xDD

Y, mi comentario iba a ser el primero pero me ganó Miquel ¬¬... bueeno, ya tienes dos comentarios kilométricos y un extra ;).

Anónimo said...

Las horas allá deben de ser tan eternas como las tardes de lluvia que describes tan exquisitamente que parece que vas tomando cada gota y escribes con cada una de ellas.

La neta me da mucho gusto que andes por aquellos rumbos haciendo lo que más te gusta. No hay nada mejor que disfrutar un buen texto dibujado por una mariposa de sangre marrón. Aún estando por Xalapa sigues cautivando con tu efecto mariposa. Jojojo

Estaré pendiente de tu blog, saludos.

Rovel

http://rovel.blogia.com

N en reconstrucción said...

Semejantes comentarios kilométricos y profundos me intimidan un poco, jeje, ya ve que soy retepenosa... Pero bueno, ps qué gusto que ande todo tan bien, qué locura tan rica estás viviendo en este momento... ya hasta me dio envidia =) Saludos y abrazos de la ruletera rojilla (o sea, yo mera)

Anónimo said...

Hoy nos vamos a juntar aquí en la casa y no vas a estar, ahora quién va a estar sonriendo todo el tiempo, quién se va a poner un poco ebria... pues todavía no sé porque es hasta en la tarde, pero si vinieras serías tú jaja. Hoy va a estar padre, Lore nos va a platicar de Cezanne, va a ser una miniexposición, y terminando eso hay una pequeña sorpresa, la cual me es imposible hablar hoy, pero ya la sabrás (si es que no te la he contado por msn), bueno, ya me extendí mucho. Saludos y cuídate mucho, mujer.

isaac said...

recuerdo varias caminatas en la niebla...

varios viajes en bicicleta a través de la espesura blanca que se empeña en empañar los cristales de mis ojos auxiliares...

recuerdo varias conversaciones, muy poco de ellas, pero si... en la niebla...

recuerdo varios paisajes... en enero... con el frío que por estos lares hiela hasta el tuétano...

recuerdo muchas cosas sin importancia...

pero las cosas sin importancia son las más bellas...