Cumplí 25 años en medio de un huracán, una vorágine de dos días: Intensos, eufóricos, vivos, felices, de gritos y abrazos, aire puro, desierto y ruido de trenes en las venas.
Después la calma, despertar al día siguiente y encontrarme a la gente que quiero (en un mensaje o con su presencia), de recordar (sin demasiada tristeza) a los que ya no hablaron; de sentirme feliz y completa con los que se quedaron.
Y luego unas ganas inmensas de silencio y de calma. Apagar la música, guardar los tragos y que la gente se vaya de casa.
En eso estoy...
Me quedo con esta frase que leí hace mucho en un libro de Kundera:
Después la calma, despertar al día siguiente y encontrarme a la gente que quiero (en un mensaje o con su presencia), de recordar (sin demasiada tristeza) a los que ya no hablaron; de sentirme feliz y completa con los que se quedaron.
Y luego unas ganas inmensas de silencio y de calma. Apagar la música, guardar los tragos y que la gente se vaya de casa.
En eso estoy...
Me quedo con esta frase que leí hace mucho en un libro de Kundera:
“La belleza para poder ser apreciada necesita de una cierta proporción mínima de silencio”
2 Comments:
Yo los cumplo en abril... parece mentira que ya llegue al cuarto de siglo... parece que se viene crisis existencial por estas latitudes... por lo que veo vos los empezaste divino... si querés pasame la receta...
Saludos
Un saludo a mi niña, nada más.
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