lunes, marzo 30, 2009

Cosas que quiero (2)


Quiero ir a Xalapa, caminar por sus calles hasta cansarme, subir de un solo golpe hasta el último escalón. Por la noche pasear en moto (recorrer la ciudad, el aire en la cara). Levantarme temprano para instalarme en ese cafecito del Callejón del diamante (mirar los ojos de la gente) o en el último piso de la librería (ver la ciudad sumergida). Ir una y otra vez a enfrentarme a la gran cabeza Olmeca y descubrirme en una de sus partículas. Recoger hojas húmedas de la calle y dejarlas presas en las páginas de un libro. No hablar con nadie, pero tener con quien hablar. Respirar, sentir y oler sus noches, sentarme en una banca a esperar que se oculte el sol. Escuchar música en silencio y escribir, que las palabras fluyan como la lluvia (lento, constante).

Cosas que quiero (1)

"Por qué, tanto perderse
tanto buscarse, sin encontrarse"
Quiero llegar a casa y encontrar un silencio absoluto. Escuchar el sonido de mi pez que mueve sus piedras. Quiero un sillón para las visitas y mi propio refrigerador. Quiero quedarme dormida y que su aliento (el de él) me despierte. Quiero ir al super pensando qué sí y qué no comprar (por su dieta y sus manías). Quiero iniciar el día con el olor a jabón de su piel. Despedirme de él en la puerta del trabajo y verlo como se aleja en su burbuja azul. Quiero ir al cine tres veces por semana, que nuestros gustos sean extremos y divertirnos de todas formas.  Quiero añorar el fin de semana para desaparecer en una pequeña casa al norte de la ciudad. Quiero ver películas y quedarnos dormidos. Quiero empezar a ver una película y terminar haciendo el amor. Quiero despertar y reconocer su cama y quiero voltear a mi lado derecho y reconocerlo a él y sonreír porque nunca me sentí tan feliz, tan plena. Quiero tener una mascota, cuidarlo entre los dos. Quiero que la noche de las velas se repita una y otra vez hasta el infinito. Quiero cuidar su piel rojita después de un día de sol. Quiero mirarlo de frente y hablarle de mis libros, mis manías, mis sueños de escritora y que diga siempre que soy la mejor. Quiero que me mire siempre, a la hora de la comida, en la oscuridad del cine, al hacer el amor, detrás de una cascada, en el mar que nunca vimos juntos, en medio de una pirámide, en el desierto, en la soledad de un pueblo cercano, en la oscuridad, en su carro, en su trabajo, en el mío, con mis amigos, con los suyos, en Saltillo, en Villahermosa, en Chiapas, en General Cepeda, en Monterrey, en Paredón... Quiero escucharlo decir que me quiere una y otra vez. Quiero que me encuentre en medio de uno de mis eventos o que me espere mientras yo termino una entrevista. Quiero que conozca mi casa nueva. Quiero ver llegar su coche azul, quiero que se siente a tomar café junto a mí en la terraza. Quiero que mi espacio sea el mismo que él habita. Quiero que no existan distancias ni dudas. Quiero que desaparezcan los miedos. Quiero que mí/su/nuestra historia sea otra vez.

lunes, marzo 23, 2009

365 días atrás...

"¿Por qué decidiste permanecer pobre dejándome a mi tan rico?"
Para C, a un año 

Hace un año tu sonrisa me encontró en el segundo piso de un restaurante. Yo no tomé café, tú no cenaste. La charla fue como de dos personas que se reconocían: "A mí me gusta esto...", "Yo prefiero aquello..."

Vi tu sonrisa oculta detrás de los dedos de tu mano derecha (acción una y mil veces repetida después) y entonces supe que no había vuelta de hoja.

Y la historia empezó a escribirse. Me dejaste habitar cada centímetro de tu vida. Te mostré mi mundo. Me invitaste al tuyo. Y nos enamoramos de esa mezcla (utópica, irrepetible) que formaba esa extraña combinación.

Recorrimos calles y paisajes juntos, visitamos lugares sin movernos de tu cama. Nos miramos y nos besamos como si realmente no hubiera día después. Nos amamos e hicimos el amor como si fuera la última vez.

Creímos realmente que sería posible, hasta que de pronto la historia se partió en dos frente a nosotros. Un abismo de cientos de kilómetros se abrió entre los dos. No supimos si los puentes eran insuficientes o éramos nosotros los que nunca los quisimos cruzar.

Y después de darnos tanto, sólo nos quedaron cientos de palabras amontonadas en la punta de la lengua, las marcas de las uñas enterradas en la espalda, las fotos extraviadas de un viaje que ya no sé si existió...

domingo, marzo 22, 2009

Y yo que me visto de blanco para que tú juegues a los dardos conmigo.

viernes, marzo 20, 2009

música de violín



Yo con cara de susuto en la presentación de "La Hermana Falsa" de David Miklos en el Vito. Les dejo un fragmentito de lo que escribí para la ocasión:

I. Música de violín

“Nunca se está lo bastante lejos para encontrarse”
Alessandro Baricco

Los primeros acordes de un violín empiezan a sonar. La música se extiende por las páginas de un libro, y aun más allá, de una historia. La música que empezaron a tocar Nicolás Shul-Dunaluft (la cuerda más grave del violín) y Lena Shul en una terminal de autobuses en la que no se encontraron.
El libro: “La Hermana Falsa” de David Miklos.
Las piezas: cada uno de los capítulos nueve capítulos que lo componen.
La historia: un rompecabezas musical que construye la vida de una mujer, violinista, Lena Shul-Dunaluft.
La música: una vuelta al pasado, volver a los orígenes para descubrir la esencia.
Las notas: los lugares y las personas.
Los protagonistas: las cuerdas del violín, las que hicieron posible que ella, Lena Shul-Dulauft, existiera en ese lugar y en ese tiempo. Las que la llevaron luego de varias vueltas de la vida a reunir, de una vez y para siempre, todas las piezas de su historia.

domingo, marzo 01, 2009

Y al final de la función el mago hizo el truco de su vida:
desapareció para siempre