domingo, abril 27, 2008

Notitas cursis sobre la palabra con E (Parte dos)

I
Entre la arena de mi desierto y la arena de tu mar, ya no sabemos cuál es cuál.
II
Vaya manera de reconocer los límites y aferrarse tiernamente a las líneas divisorias.
III
Mis mariposas andan vueltas locas: vuelan alrededor de mí, en mi habitación (y en la otra), en las calles, entre la lluvia, en el hospital y en el café. Siguen mis pasos, dejan su rastro por todas partes, van y vienen, suben, bajan, saltan de un lado a otro eufóricas. Se meten entre mis palabras, en los huecos, ocupan los silencios, los espacios en blanco. Y de revolotear tanto entorno a él, se han llenado de su aroma.
IV
Llegaste anunciando la lluvia del verano: "dejándote caer despacio y luego en aguacero" (Gioconda Belli)
V
Hoy ya no soy el puente, hoy soy yo la que lo cruza...
VI
'Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar...' (Julio Cortázar)

jueves, abril 24, 2008

Texto con dedicatoria

Para G, en estos días

Si hay una persona que sabe volar, sin y con rumbo, con alas o sin ellas, es G. En sus ojos (ojos de los antiguos abuelos) conocí la libertad, la ligereza de los pies y la fuerza de las alas.
Llegaba a la oficina en la que, en ese entonces, trabajaba. Se sentaba en cuclillas, ponía sus manos sobre el escritorio, y sobre éstas la barbilla, me miraba fijamente con esos ojos llenos de brillo, me escuchaba atentamente, cualquier cosa ameritaba toda su atención, mientras, dentro de su cabeza, saltaban por todos lados miles de preguntas a las que inmediatamente les daba una respuesta y luego soltaba unas cuentas frases atinadas, acordes, mientras me escuchaba.
Después nos hicimos cómplices y él me miraba de lejos, siempre con brillo, mientras un buen amigo leí versos de Pessoa en portugués o cuando yo seleccionaba algunas canciones de Silvio de fondo, mientras comíamos.
En esas oficinas ideamos miles de planes, nos cargamos de fuerzas para iniciar una lucha que nunca termina. Escuchamos pláticas de adultos borrachos y atravesamos las noches del centro, siempre volando.
Volamos en las calles del DF. Volamos entre la euforia de la gente. Sentados fuera de Bellas Artes, mientras platicamos -volando- con esa niña, Perla, que volando iba de un lado a otro tratando de vender sus rosas. Volando cruzamos el Zócalo y volamos alto en el camino de regreso. Volamos viendo el amanecer y nos dejamos caer al precipicio "con la seguridad de que nunca caeríamos al suelo".
Volamos en las charlas de madrugada, volando nos hicimos compañía. Volando siempre estuvimos cerca. Volando escribimos. Volando tomamos café. Volando, siempre volando...

domingo, abril 20, 2008

Notitas cursis sobre la palabra con E (Primera de, espero que, muchas partes)

I
No, yo no sé como se llama. Yo no sé si es la palabra con E que tanto miedo da pronunciar. No sé cómo se llama, pero sé, eso sí, que siente bonito. No sé como se llama, pero me gusta imaginar que es real.
II
¿Cuándo fue la última vez que sentí esa magia? Tal vez fue un día de diciembre antes de volar a sur. Sedada por el movimiento de las nubes me perdí en unos ojos que lo dijeron para mí --con la advertencia de que sería la última vez.
III
Yo no sé cómo se llama, pero las mariposas en el estómago, lo de los relojes y el tiempo, las sonrisas bobas y las extrañas necesidades ya no me parecen una estupidez.
IV
Ya sé que no existen los príncipes azules, pero los superhéroes sí. Yo conozco uno.

jueves, abril 17, 2008

"Soy feliz. Me han sacado del mundo"
Héctor Viel Temperley


Hace mucho, mucho tiempo que no me sentía tan bien, pero la maldición ya me alcanzó... Ahora no puedo decidir qué prefiero... Mientras alguien decide por mí iré a vivir esto, a ver qué resulta...

"defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas del azar
y también de la alegría"
Mario Benedetti

lunes, abril 14, 2008

Hoy quiero decir(te)...

Me dice un amigo que cuando se está feliz no dan ganas de escribir porque nos dedicamos a vivir esa felicidad y no a intentar explicarla, como se hace con el dolor, quizá, o con la soledad. Y pues yo estoy aquí, tratando de romper con esa maldición...


Pd. medio remodelada, pero con eufórico impulso por escribir... Es que otra vez no pude esperar.


Hoy quiero decir(te)...


Para CC, otra vez

Hoy tengo una extraña necesidad de decirte que estos días contigo, pese a los pronósticos --¿cómo me gusta decir esa frase, verdad?--, son una confirmación de que nunca sabremos cómo ni quién ni cuándo ni dónde. Tu presencia en mi vida la vuelve tan mágica, tan fuera de ciertos alcances, tan impredecible. Una historia en la que cambia la trama a la vuelta de cualquier página.


Hoy quiero decirte que me da las herramientas para afirmar que todo pasa, que todo fluye, que quienes me lo repitieron tantas veces tenían razón. Que hoy tú llenas mi vida de tranquilidad y de calma, que las cosas se ven distintas por todos lados: encuentro, entre el cielo y la tierra, la altura perfecta a la que puedo volar. Me has ayudado a entender que el pasado pertenece a alguien que ya no existe, que puedo ser la yo que siempre quise ser. Me has enseñado a reutilizar los sentidos: olor, tocar, oír de modo distinto; a volar con los pies, a sentir la música hasta por los poros, a bailar en plena calle, sin pudor.


De qué extraño mundo saliste, quién está detrás. Cómo apareciste en el momento justo, el día preciso, con las palabras exactas que necesitaba escuchar. Dime de dónde salieron tus besos, quién los construyó para mí, cómo es que en tus ojos veo tanta esperanza. Dime a dónde fue a parar el miedo, qué hiciste con él, lo guardaste acaso debajo de tu abrazo, lo deshiciste con tus manos tan echas para las caricias. Por qué buscando el amanecer di contigo, cómo es que me haces sentir tan yo, tan completa, perfectible, pero con nuevos ánimos para recorrer todos los caminos y alcanzar todas las metas.



Sólo me queda pedirte que no dejes de susurrarme al odio ni de sorprenderme con una caricia ni de abrazarme tan fuerte ni recordarme todos los días lo lindo que resulta, otra vez, aprender a volar...

domingo, abril 13, 2008

Paréntesis

Resulta que mi remodelación todavía no está lista, pero no podía dejar pasar un día más sin publicar este texto. Aquí se los dejo. Se respiran nuevos y bellos aires por acá...

Después de la tormenta...

Para CC
Que bien se siente la espera cuando la ausencia no significa engaño. Que bien se sienten las cosas buenas: descaradamente auténticas, irremediablemente ciertas; las miradas que ya no son de despedida.

Que bien se siente cambiar la compañía por la soledad y luego viceversa, tener la piel tersa para las caricias, los labios limpios para los besos, las manos llenas de cosas que compartir, los brazos fuertes para estrechar otro cuerpo.

Los tatuajes son pretextos para nuevas caricias. Los ojos ya no se cierran, ahora
miran y hablan. Ahora tengo mensajes que me despiertan de las pesadillas, motivos para sonreír a la mitad de la fila del banco, un interlocutor con quien soñar, un compañero de viajes, un deseo renovado por conquistar el desierto, por definirlo, por pararme en medio de él gritando y que los viejos recuerdos se estrellen en las montañas, que se desangren entre las plantas con espinas.

Hoy mis mariposas aletean de un lado otro, se expanden en todos los lugares: un coche, una casa, un pueblo al sur de la ciudad. Vuelan y acarician y se dejan abrazar y respiran nuevos perfumes y se hunden en una mirada y dejan que pase el tiempo y que el reloj se detenga y que siempre sean las nueva y media...

El miedo se disipa poco a poco, lo vamos dejando detrás de nuestro caminar pausado, lo callamos con nuestras pláticas, lo exprimimos entre nuestro abrazo, lo perdemos de vista cuando vemos, a lo lejos, las luces de una nueva ciudad.